Otros viajeros

0

Líderes y chamanes mexicanos

Julie Sopetrán
He conocido hombres y también mujeres con estos poderes que son muy respetados y queridos en las comunidades indígenas
México
Fotos de: Julie Sopetrán
Conocí a varios chamanes en los caminos mexicanos. Las comunidades son las que nombran a ciertas personas para ejercer el chamanismo. Porque nadie es chamán porque quiera serlo, esa autoridad se la otorga el pueblo desde tiempos ancestrales, el pueblo o la divinidad a través de la naturaleza. ¿Se les toma en serio a los chamanes? ¿Curan? Según el diccionario de nuestra lengua, el chamán es: "Hombre que, en algunas culturas, se considera que tiene el poder de comunicar con los dioses o curar enfermedades usando sus poderes mágicos, hierbas y productos naturales. Aunque también la palabra dicen que proviene del vocablo siberiano shaman que reúne en la identidad de hombre-dios-medicina. Xaman, con su raíz scha, procede de saber, "alguien que sabe, sabedor, persona sabia". Para curar sólo se necesita mucha fe, ungüentos, aceites, ventosas, cremas, compuestos, pomadas, hierbas y ese conocimiento ¿intuitivo? que se precisa para saber lo que se receta y lo que se hace con el paciente, a veces atrocidades. He conocido hombres y también mujeres con estos poderes que son muy respetados y queridos en las comunidades indígenas, dicen que las mujeres adquieren el poder después de la menopausia. En algunos lugares de montaña, en Morelos, el hombre adquiere sus poderes si sobrevive a un rayo, por este hecho, la comunidad, a esa persona, la convierte en chamán. Me quedé con ganas de entrevistar a la famosa curandera y herbolaria María Sabina, de Huautla y saber de sus curaciones mazatecas con los hongos sagrados en Oaxaca. Han sido muchos los charlatanes que después han tomado ventaja de los hongos hasta casi hacerlos desaparecer. Aunque todavía se usa en algunas ceremonias mexicas de la zona. Y sí, hay una gran diferencia entre los oportunistas vendedores de rituales mágicos por un puñado de billetes y los auténticos chamanes que entienden el peyote como algo sagrado con lo que no se debe nunca comerciar. Me pregunto: ¿Qué hay de verdad y de mentira en estas prácticas? ¿Son el producto de la ignorancia y el abandono convertido en superstición o es realmente producto de la sabiduría ancestral? Se pueden contar historias escalofriantes referidas a los cultos, sectas, abusos, prácticas y creencias de hierberas, parteras, curanderos, medicina del campo, farmacias de productos naturales... Recordemos aquellos años de los libros de Castañeda y las enseñanzas de don Juan que popularizaron a nivel mundial el peyote. En Oaxaca, Morelos, Michoacán, conocí a algunas parteras y curanderos que por muy poco dinero hacen su trabajo, siendo para ellos lo más importante que sus pacientes cumplan con la costumbre. Y ese hábito es muy curioso, se trata que después de un parto, estos curanderos sean tratados a cuerpo de rey, esto se hace uno o dos días antes del parto y hasta doce días después. Se les prepara mole de guajolote, también de cerdo, caldo de res, chocolatito, su copita de mezcal y otras viandas y degustaciones. ¿Pero tienen estas parteras conocimiento de cómo debe tratarse un parto, cuando no saben anatomía y en su mayoría suelen ser analfabetas? Muchas de estas parteras también son curanderas. Luego existen las técnicas para meditar de muchos chamanes, como son la meditación Yaqui, la Olmeca, la de Doña Pachita muy conocida por sus curaciones, que se sentaba a meditar frente a su altar y cuando escuchaba un zumbido en su oído, entonces cambiaba de estado y su trance le permitía realizar operaciones quirúrgicas. Por ejemplo: Doña Josefina, que se puede pasar días y días sin dormir recorriendo lugares desconocidos por el universo, famosos son sus viajes astrales que le sirven para curar a los que a ella van a consultarla. Don Lucio de Morelos, que se conecta con el mundo invisible habitado por pastores y trabajadores del tiempo y así adquiere sus conocimientos y los transmite hacia los demás, especialmente a los que piden su ayuda. ¿Pero quién no ha oído hablar del maya Don Panchito? Podemos imaginarlo hablando con Dios directamente o también observando las estrellas en la noche para después dormirse y en la mañana recoger sus sueños que tendrían que ver con el futuro de sus consultantes. Y todavía existen los herederos del Señor Pompeyo Torres, allá por Angangueo en Michoacán, que tenía el don de saber lo que le ocurría a la persona cuando se sentía mal, con sólo mirarla, lo sabía todo y después curaba, se conservaba la herencia curativa de padres a hijos. Juan Castro Valdés, lo conocí en uno de mis viajes a Pátscuaro, Michoacán, me dio un masaje, me dijo que hacía más de treinta años que curaba dando sobadas, desde el pié hasta la cabeza jalando los huesos. Siempre recuerdo que no me cobró nada, pero me pidió las gafas a cambio. Podéis leer sus comentarios en este mismo blog "Medicina P´urhepecha". Otro huesero, Don Guadalupe Norberto Calderón, de la Isla de Janitzio, pescador en el Lago de Pátzcuaro, también cura sin preocuparle si el paciente tiene fe o no, él transmite su energía y lo que él siente le vale. En Morelos conocí a la líder Modesta Lavana Pérez, sanadora, del pueblo de Hueyapan, en la región del volcán Popocatépetl, la llamaban: "el correo de los vientos". Una mujer luchadora, como pocas, por los derechos de los indígenas. Hace años que la conocí, ella me presentó a otros dos chamanes y me sometí a sus conocimientos del temascal. Es un baño de vapor, la raíz de esta palabra es nahua, Temaz es vapor y calli es casa. Casa de vapor. Sirve para limpiar las vías respiratorias y el aparato digestivo, es una limpieza física y espiritual relajante. Doña Modesta fue una curandera líder en la zona de Morelos, ella nos recibió con mucho agrado y nos habló de las técnicas y algunos aspectos de la Medicina Tradicional Mexicana y la herbolaria que ella conocía ampliamente, falleció a los 81 años en la ciudad de Cuernavaca, su reto era el de preservar la lengua materna, el náhuatl. Fue reconocida por las autoridades como intérprete en el Sistema de Justicia Penal del estado de Morelos y en sus distintas variedades, defensora de la justicia e intermediaria de ella ante las personas que no hablaban castellano en su comarca. Defensora de los derechos humanos y gran líder además de ser Maestra en el arte de tejer lana en telar de cintura y en el uso de las plantas que ella conocía para aplicarlas a la medicina. En esta comarca muy cerca del volcán, se celebra un festival de medicina tradicional y plantas medicinales para difundir y conservar estas prácticas antiguas de su cultura. Es un festival del grupo Atekokolli y Teahui AC., (Clínica de salud comunitaria) Doña Vicenta Villalba, partera, fue la impulsora, quería enseñar a los jóvenes el conocimiento de la Medicina Tradicional, ella se dedicó a la curación y la enseñanza. Este año en el festival se homenajeó a las líderes Modesta Lavana Pérez y también Doña María Leocadia Ramírez de Amatlán. En este festival existen talleres donde se aprenden las distintas formas de curar. Es un mercado de salud comunitario, donde se pueden comprar plantas medicinales, aceites, jarabes, medicamentos naturales, libros, se puede asistir a conferencias, mesas redondas, proyecciones, rituales, sahumerios y ofrendas relacionados con estos temas. Este festival se celebró en Marzo pasado en Morelos, en Amatlán de Quetzalcóatl, un lugar de ensueño, vegetación y planes ecológicos de gran trascendencia natural. Pero hay que hablar de las limpias y barridas. Sirven para quitar las impurezas, los aires, el enojo, las bilis, la muina o el coraje, los espantos, el susto, los nervios, la tristeza, el latido... incluso para aquellos que han tomado hongos y no pueden salir de sus efectos, o aquellos otros que no superan su intimidad anímica. Dicen los mexicanos que el huevo tiene la propiedad de "chupar la enfermedad", y es entonces cuando el contenido del huevo, se transforma. El huevo ha de ser de gallina casera o guajolota y cura el mal de ojo, los deseos nefastos, sirven también para limpiar a la persona de todo aquello que se siente afectada, mal de ojo, hechizo, brujería, daño... Cualquier desequilibrio es motivo para ir a hacerse una limpia. Si algo o alguien te sorprende en forma repentina, ya te has enfermado de susto, por ejemplo. Cualquier causa que afecta al honor, se enferma de vergüenza o sentir una sensación desagradable pues ya estás enferma de latido, o de chaneque si tropiezas y te duele luego la rodilla, es que cogiste una mala emanación de la tierra... En la plaza principal de Pátscuaro, se encuentra el Palacio de los príncipes purépechas, residencia que perteneció al príncipe Antonio Huitzimengari, ahijado del primer Virrey de la Nueva España, Don Antonio de Mendoza, hijo del Cazonci, que fue el último gobernante de la etnia purépecha. Allí en su interior, se encuentra un patio rodeado de arcos con muchas flores, en la parte superior se encuentran los hierberos y curanderos purépechas atendiendo a sus pacientes, ellos también hacen limpias con hierbas y leen el futuro con sus particulares cartas. Muy cerca, está el hospital de la ciudad y frente al hospital la casa de la medicina natural y los curanderos, en todos los lugares la Virgen de la Salud preside las esperas de los pacientes. Y así podríamos ir enumerando personas, lugares donde se practica este tipo de medicina. Creo sinceramente que la ignorancia incrementa estas prácticas. Y lo bueno sería corregir los usos y los abusos de yerberos y chamanes, para así enseñar a la gente que hay alternativas y que existe la medicina de los doctores, ya que mucha gente muere de enfermedades que no pueden curar las hierbas. En México estos doctores se concentran en las ciudades y es el indígena el que sufre esta ausencia, ya que los doctores, a veces, ignoran por completo al indígena. No aprenden su lengua, no se comunican. Los indígenas piensan que aunque exista ese buen médico, a ellos no les puede curar porque no los entienden y creen que la medicina de los doctores, además de cara, es mala y la de hierbas es buena.  Lo ideal sería que hubiera una comunicación más cercana entre ambas ciencias, para que todos pudieran aprender unos de otros sin discriminación, integrar ambas medicinas sería beneficioso tanto para unos como para otros, el curandero debe comunicarse con el doctor y el doctor con el curandero tradicional, de esa forma, ambos serían verdaderos chamanes y todos nos beneficiaríamos de ello. Mientras no lo hagan, el beneficio se lo llevará el mas charlatán o el que mejor sepa comerciar con nuestra salud.

© Casa de América, 2024