18/05/2011. Diálogo con Federico Veiroj tras el pre-estreno de 'La vida útil', la película uruguaya que se ha convertido en una obra de culto para los cinéfilos y ha sido seleccionada en los festivales internacionales de cine más prestigiosos. Ha ganado los premios Cine en Construcciónde la Industria y una Mención Especial del Jurado en el Festival de San Sebastián, el Primer Premio Coral del Festival de La Habana, y el premio al Mejor Actor en el Bafici (Argentina), entre otros.
La exhibición se realiza en estrecha colaboración con la Sala Berlanga del Instituto Buñuel.
Dirección y guión: Federico Veiroj.
Intérpretes: Jorge Jellinek, Manuel Martínez Carril, Paola Venditto.
Uruguay-España
2010 / 67’
Sinopsis
Jorge tiene 45 años, vive con sus padres y trabaja en una cinemateca (la uruguaya) desde hace veinticinco años. Desempeña tareas técnicas, de programación, y conduce un programa de radio. La cinemateca está en una situación cada vez más crítica y se queda sin empleo. Jorge, que nunca ha trabajado fuera del cine, debe adaptarse a un nuevo mundo. Quizá el cine lo ayude a sobrevivir.
Modera: Antonio Santamarina.
Nota importante: Esta película se exhibirá dentro de la programación regular del Cine Iberia-Casa de América del miércoles 18 al sábado 21 de mayo de 2011.
Además, se exhibirá en la Sala Berlanga los días 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9 de junio de 2011.
La vida útil
Uruguay-España 2010
35mm – b/n – 67’
www.cinekdoque.com
Dirección: Federico Veiroj.
Producción: Cinekdoque (Uruguay).
Coproducción: Mediapro (España), Versátil Cinema (España).
Productor ejecutivo: Federico Veiroj.
Guión: Inés Bortagaray, Gonzalo Delgado, Arauco Hernández, Federico Veiroj.
Fotografía: Arauco Hernández.
Dirección artística: Emilia Carlevaro.
Montaje: Arauco Hernández, Federico Veiroj.
Sonido: Raúl Locatelli, Daniel Yafalián.
Música: Leo Masliah & Macunaima, Eduardo Fabini.
Jefe de producción: Laura Gutman, Juan José López.
Asistente de dirección: Manuel Nieto.
Intérpretes: Jorge Jellinek, Manuel Martínez Carril, Paola Venditto.
La vida útil – Premios
Premio Cine en Construcción de la Industria.
Festival Internacional de Cine de Donostia-San Sebastián. España, 2009.
Mención Especial del Jurado.
Festival Internacional de Cine de Donostia-San Sebastián (Zabaltegui). España, 2010.
Primer Premio Coral.
Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. La Habana, Cuba, 2010.
Premio al Mejor Director.
Festival de Cine de Valdivia. Chile, 2010.
Premio Especial del Jurado.
Festival de Málaga – Territorio Latinoamericano.
España, 2011.
Premio al Mejor Actor (Jorge Jellinek).
BAFICI – Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente. Argentina, 2011.
El director: Federico Veiroj (Montevideo, 1976)
Director, guionista y productor. Es licenciado en Comunicación Social. Ha colaborado con la Cinemateca uruguaya, trabajó durante cuatro años en Filmoteca española y además es programador de cine. Produce y dirige cortometrajes desde 1996. En 2008 coproduce y dirige su primer largometraje,
Acné, coproducción de Uruguay-Argentina-España, que tiene como punto de partida la iniciación sexual en la adolescencia. Obtuvo el Premio de Televisión Española en Cine en Construcción (Festival de San Sebastián, 2007), fue estrenada en el Festival de Cannes (Quincena de Realizadores, 2008) y seleccionada para Contemporary World Cinema del Festival de Toronto, 2008. Ganó, además, el Premio al Mejor Director en el AFI Festival de Los Ángeles, en el Festival de Cine de La Habana y en el Sanfic (Chile) y fue nominada a los Premios Goya en la categoría de Mejor Película Hispanoamericana en 2009.
Acné fue exhibida en la segunda edición del Festival Vivamérica '
Inéditos: Primeras obras', una sección que presentaba el debut en la realización de largometrajes de ficción de algunos de los más prometedores cineastas de la región. Fue exhibida en España comercialmente por Avalon Productions, empresa coproductora del film.
Su segundo largometraje,
La vida útil, se estrenó mundialmente en el Festival de Toronto y el Festival de San Sebastián, ha participado además en los festivales de Hamburgo, Thessaloniki, Varsovia, Valdivia, La Habana, Rotterdam, Goteburgo, Adelaide, Bafici, Málaga, FICUNAM, Cartagena, Pusan, Hong Kong, Lima, San Francisco, Miami, Chicago Latino, Utrecht Latino y Jerusalem, entre otros.
Filmografía
Cortometrajes
1996 31 de diciembre (Codirigido con Daniel Hendler).
1998 Too Much Diving (Estados Unidos-Uruguay).
1998 I Just Wanted to Taste a Real Burguer (Codirigido con Omer Avarkan/Estados Unidos-Uruguay).
2000 Dreaming About You.
2001 De vuelta a casa.
2001 Lo que deo manda (Codirigido con Damien Juyghe/España) (Documental).
2002 50 años de Cinemateca Uruguaya (Documental).
2002 6 de enero (Codirigido con Daniel Hendler).
2004 Bregman, el siguiente (Uruguay-España).
Largometrajes de ficción
2009 Acné.
2010 La vida útil.
El moderador: Antonio Santamarina. (Madrid, 1953).
Gerente del cine Doré de Filmoteca Española y crítico e historiador cinematográfico. Colaborador de publicaciones como
Viridiana,
Cuadernos de la Academia,
Cinemanía y
Dirigido por, es miembro del consejo de redacción de las revistas
Nosferatu y
Cahiers du cinéma. España. Ha participado en la escritura de diversas obras y libros colectivos y es autor de numerosos libros -entre ellos,
Eric Rohmer(1991),
El cine negro. Maduración y crisis de la escritura clásica (1996),
Semillas de futuro. Cine español 1990-2001 (2002) y
Biblioteca del cine español. Fuentes literarias 1900-2005 (2010), los cuatro en colaboración con C. F. Heredero,
Enrique Urbizu. La imagen esencial(con J. Angulo y C. F. Heredero, 2003) o
Breve historia del cortometraje vasco (con J. Angulo y J. L. Rebordinos, 2006), además de dirigir la edición de los
Diarios de Yasujiro Ozu, de coordinar el libro
Filmoteca Española. Cincuenta años de historia (1953-2003) y de escribir en solitario
El cine negro en cien películas (1998) y
Laura, de Otto Preminger (2001). Ha impartido y dirigido cursos en diversas instituciones y universidades y ha sido jurado de diversos certámenes.
La 'vida útil’ es la duración estimada que un objeto puede tener cumpliendo correctamente con la función para la cual ha sido creado.
En la película La vida útil me pregunto sobre el futuro de un personaje que fue concebido para una determinada función que está dejando de existir. El ‘renacimiento’ o la adaptación de ese personaje a un nuevo mundo es lo que me interesa desarrollar. En esta nueva realidad habrán otros códigos y sobre todo, una sensibilidad distinta, desconocida para Jorge.
Una vez que Jorge atraviesa el momento crucial de su vida de verse enfrentado a un modo de actuar que no domina, tendrá que decidir si cambiar él, o buscar en esa nueva lógica, una ocupación acorde con su naturaleza.
Veo al protagonista como un ‘Quijote’ del cine, un hombre que se lanza a vivir su propia película; creo que es el único camino que tiene para salvarse.
Animales estéticos
(…) Estoy convencido:
unas de las grandes películas del año es La vida útil, la segunda película de Federico Veiroj, el director de
Acné. Se trata de un salto cualitativo en su carrera. Después de su primera y correcta opera prima, llega esta película insólita que no se parece a nada. Es un film libre, cinéfilo, feliz, triste, bohemio, fino, inclasificable. No tiene ni un plano de más, y su relato fluye como pocos. Podrá ser tildado de film menor, pero se trata de una breve y secreta obra maestra, una película que destila un amor infinito por el cine, hasta el punto de confundir el cine con la vida. (Aquí sí se logra aquello que torpemente retrato Woody Allen en
La rosa púrpura del Cairo). Y no es un film concesivo y liviano, pues no deja de mostrar el carácter contingente y deleznable de la sala de cine.
Todo empieza con una advertencia sobre el carácter ficcional del film, incluyendo el retrato de de
uno de sus personajes centrales: Cinemateca. Es bellísimo observar cómo todos los personajes jamás utilizan un artículo para mencionarla. No es
la cinemateca de Montevideo. Solamente dicen Cinemateca, como si tratara de una deidad antiquísima. Con esa advertencia y tras una lista enorme de agradecimientos, empieza a sonar una de las cuatro obras del compositor uruguayo Eduardo Fabini, fragmentos musicales de un esplendor ostensible que acompañarán en distintos momentos del relato. Una decisión perfecta, porque la música de Fabini también parece salida de un universo paralelo, en el que rige la hermosura y el encantamiento. Se leen todos los títulos y arranca la película.
Los primeros 30 minutos están dedicados exclusivamente a Cinemateca. Se ve el edificio, la sala, las puertas de acceso, la boletería, el depósito, el baño, los videos, las oficinas, los empleados. En un principio, Jorge (interpretado por el crítico cinematográfico Jorge Jelinek, la gran revelación del año), una suerte de programador todo terreno, y el director de Cinemateca, Martínez (interpretado por el mismísimo Martínez, director de la institución), se reparten unas películas llegadas en DVD desde Islandia. Pero no todo es trabajo. Desde el inicio se intuye un quejido, un animal agoniza. El parte de guerra, o el diagnóstico es contundente: la institución debe muchos meses de alquiler, y el embargo y el cierre son destinos previsibles.
Más que una institución se trata de un organismo viviente en peligro, y quienes son las células vivas de Cinemateca intentan aún mantener la respiración de ese animal colector de imágenes. Los pedidos de auxilio son frecuentes: una letanía reiterada suena en el programa de radio, la misma invocación que se oye antes de que empiecen las proyecciones. No es casual que en Cinemateca estén ofreciendo un ciclo del nuevo cine uruguayo y una retrospectiva dedicada a Manoel De Oliveira. Quizás el cine de la Banda Oriental experimenta un renacimiento lento, y a su vez, el hogar cinéfilo en donde muchos de esos cineastas se han formado esté en peligro. Que el otro elegido sea el cineasta más viejo en actividad insinúa algo más que una preferencia estética y un canon cinematográfico definido: una práctica del cine, una modalidad de cinefilia comunal está en vías de extinción. En efecto, la cinemateca del futuro no estará en ninguna parte y estará en todos lados al mismo tiempo. Su vida después de la muerte reside en Internet.
Una reunión con una fundación que sostiene económicamente a Cinemateca decreta su muerte. Es el final, o es también el inicio de otra vida para el propio Jorge. Hay un instante sublime, pero no del todo expuesto. Lo que importa no se debe mostrar del todo. Confirmado el inminente deceso de Cinemateca, Jorge va al baño. Por un pequeño respiradero rectangular luminoso del baño se alcanza a colar el sonido de un avión. Es una escena aparentemente de transición, mera naturaleza muerta que nada suma al relato. Y sin embargo, precisamente allí, es que estamos frente a un génesis, o quizás también cara a cara ante un fenómeno casi espiritista: el alma de la Cinemateca se transfigura al cuerpo de Jorge. Dejará de ser quien habla de cine, quien programa e introduce películas para convertirse él mismo en una materia viviente de celuloide. Es un devenir imperceptible, que se anuncia luego con una canción completa de Leo Masliah, cuya letra anuncia tanto un agotamiento como una derrota digna, aunque Jorge también tomará una llave escondida de una caja de VHS (
Vivir, de Kurosawa) que denota una decisión legítima. Así, subirá a un colectivo, paulatinamente enfocará su visión y empezará otra película, otra vida.
El día de Jorge acabará en la universidad de Derecho. Dará un extraño monólogo sobre la mentira haciéndose pasar por un profesor suplente ante unos alumnos perplejos mientras espera a su enamorada. La invitará al cine. Antes ya se había cortado el pelo, arrojado una moneda en una fuente en el que nadaba un pez enorme y
bailado en la escalera de la facultad como si su vida estuviera sincronizada con un musical de Minelli.
En un pasaje inicial, Martínez explica la pertinencia de la forma cinematográfica a la hora de mirar cine. No se trata meramente de contar historias; la composición de un plano ya implica una disposición de los objetos y sujetos en el espacio, una duración y un sonido de éstos. Martínez toma como ejemplo
La batalla en el hielo, de Alexander Nevsky, y luego sigue con Eisenstein. Intenta señalar la relación simétrica entre los movimientos de los planos y los movimientos musicales del film, y subraya, con autoridad y solemnidad (en contrapunto con el tono cómico de la escena), cómo la forma cinematográfica configura la percepción del espectador. Justamente aquí está el secreto de
La vida útil. Es que su forma revela una relación entre el cine y la percepción. Veiroj filma, por ejemplo, el lavado del cabello del protagonista como si se tratara de un acto extraordinario. ¿Qué lo que debemos ver? Los primeros planos del cuero cabelludo de Jelinek adquieren inexplicablemente una figura estética. Su papada extendida sobre la pileta transmite simultáneamente ternura y ridiculez. Los detalles y el modo de registros de éstos son profusos. Con paciencia y respeto, la cámara descubre un mundo. En ese sentido, una larga caminata de Jorge por Montevideo se transfigura en una sala de cine al aire libre. El modo de caminar es cinematográfico. Suenan bandas sonoras reconocibles en su andar, como si Jorge fuera una antena cinéfila capaz de canalizar la historia del cine que flota y viaja por el espacio. Esa secuencia está concatenada a la del baño. Habría otros ejemplos.
La vida útil es un film discretamente extraordinario.
Es una elegía cinéfila sin amargura y resentimiento. No se puede saber aún cuan larga es la vida útil del cine. Que sea un film feliz no significa que dócilmente se celebre la privatización digital del cine.
La vida útil nunca deja de ser política, ya que de su mirada sobre Cinemateca se predica la fragilidad de todo proyecto cultural, la total desprotección del cine, su desamparo. Y en ello hasta quizás sea más efectiva e ilustrativa que dos obras muy diferentes, como Goodbye Dragon Inn y Fantasma, que también anuncian el crepúsculo de una edad del cine.
Por Roger Alan Koza
Festival de Hamburgo