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Whisky

Pablo Stoll/Juan Pablo Rebella

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La película de Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella, Whisky, se proyecta el martes 24 de septiembre, dentro del ciclo  '20 años de cine iberoamericano'. Casa de América presenta, dentro de esta muestra,  veinte grandes películas del cine iberoamericano, exhibidas en su sala de cine a lo largo de las últimas dos décadas y con motivo de su vigésimo aniversario. Uruguay-Argentina-Alemania-España 2004 / 94’ / +13 Dirección: Pablo Stoll, Juan Pablo Rebella. Guión: Pablo Stoll, Juan Pablo Rebella y Gonzalo Delgado Galiana Intérpretes: Andrés Pazos, Mirella Pascual, Jorge Bolani, Ana Katz, Daniel Hendler. Sinopsis: Jacobo Köller es el dueño de una modesta fábrica de medias y eso parece ser lo único en su vida monótona. Marta es su empleada de confianza. La relación entre ellos nunca excede lo laboral y está marcada por el silencio y la rutina. Esta monotonía se ve súbitamente amenazada por el anuncio de una inesperada visita del hermano de Jacobo, con quien no parece tener contacto desde hace años. La torpeza y las pequeñas miserias de estos tres personajes se van evidenciando mientras intentan disimular resentimientos y asperezas. Tres personalidades aparentemente inofensivas. Tres clases de soledad. Fecha: martes 24 de septiembre de 2013. Hora: 19.30. Lugar: Cine Casa de América. Entrada libre hasta completar aforo. Las entradas para las sesiones gratuitas se repartirán, hasta completar aforo, el mismo día de la proyección a partir de las 18.00.  
Uruguay-Argentina-Alemania-España 2004 / 94’ / +13 Selección Oficial – Festival de Cannes, 2004. Dirección: Pablo Stoll, Juan Pablo Rebella. Producción: Control Zeta Films (Uruguay). Coproducción: Rizoma Films (Argentina), Wanda Films (España). Productor: Fernando Epstein. Coproductores:Hernán Musaluppi, José María Morales, Cristoph Friedel. Producción ejecutiva: Fernando Epstein. Guión: Pablo Stoll, Juan Pablo Rebella y Gonzalo Delgado. Fotografía: Bárbara Álvarez. Dirección artística: Gonzalo Delgado. Montaje: Fernando Epstein. Sonido: Catriel Vildosola, Daniel Yafalián. Música original: Pequeña Orquesta Reincidentes. Intérpretes: Andrés Pazos, Mirella Pascual, Jorge Bolani, Ana Katz, Daniel Hendler. Principales premios y distinciones Segundo Premio de Un certain regard y Premio de la FiPRESCI. Festival Internacional de Cine de Cannes (Un Certain Regard). Francia, 2004. Colón de Oro a la Mejor Película y Colón de Plata a la Mejor Dirección. Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. España, 2004. Premio del Público. Festival de Gramado – Cine Latino y Brasilero. Brasil, 2004. Mejor Actuación Femenina y Mejor Guión. Festival de Lima – Encuentro Latinoamericano de Cine. Perú, 2004. Primer Premio Coral. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. La Habana, Cuba, 2004. Gran Premio a la Mejor Película y Premio a la Mejor Actuación Femenina. Festival Internacional de Cine de Tokyo. Japón, 2004. Premio Ariel a la Mejor Película Iberoamericana. Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, 2005. Premio Goya a la Mejor Película Extranjera de Habla Hispana. Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, 2005.  
Juan Pablo Rebella (Uruguay, Montevideo 1974 - 2006). Director y guionista. Cursó estudios en la Universidad Católica del Uruguay, donde conoció a Pablo Stoll. Juntos se graduaron en 1999 y desde entonces trabajaron en conjunto. Inicialmente realizó varios cortometrajes como Buenos y santos y Víctor y los elegidos, trabajando siempre con Stoll y con el productor Fernando Epstein. Los tres fundaron la productora Ctrl Z (Control Zeta) en Uruguay y en 2001 estrenaron su primer largometraje 25 Watts, que logró gran aceptación entre el público y la crítica. En 2004 estrenaron su segundo largometraje, Whisky, con la que alcanzaron numerosos premios internacionales. Pablo Stoll (Montevideo, Uruguay, 1974). Director, guionista y productor. Estudió Comunicación Social en la Universidad Católica del Uruguay y se graduó en 1999. Junto a Juan Pablo Rebella, escribió y dirigió 25 Watts (2001), que fue premiada con el Tiger Award en Rotterdam, el Premio Coral a la Mejor Ópera Prima en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, entre otros premios.  Juntos realizaron también Whisky (2004), que fue seleccionada para Un Certain Regard del Festival Internacional de Cine de Cannes, donde obtuvo el premio de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (FIPRESCI). Ambas recibieron varios premios internacionales y fueron estrenadas comercialmente en más de veinticinco países. Whisky obtuvo, además, galardones en los festivales de Tokio, La Habana, Thessaloniki, Chicago y Huelva, y ganó el Premio Goya a Mejor Película Extranjera de Habla Hispana. Entre 2006 y 2007 trabajó como guionista, director y ocasional actor en el programa de humor televisivo Los Informantes en el Canal 4 de Montevideo. Ha dirigido varios clips musicales y cortos documentales para televisión. Es socio fundador de la casa productora Control Z Films, donde ha producido, además de sus propios films, las películas La perrera (2006), Acné (2008) y Gigante (2009). En 2009 filmó Hiroshima, su primer proyecto en solitario, que fue seleccionada por varios festivales de todo el mundo y en 2012, la comedia familiar 3, estrenada en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes. Actualmente trabaja en la escritura de guión de su próximo proyecto.      
"Al principio era la fábrica: las máquinas viejas, los tubos fluorescentes, los productos apilados, la vida que emerge de esas cosas. ¿Qué pasa detrás de las estanterías metálicas de estas decadentes industrias? Es de todo esto que los personajes se rodean. Invención pura: dos hermanos judíos y una mujer. Más una mentira, una falsedad. Otra invención dentro de la invención. La idea original era muy sencilla, casi loca, nada fuera de lo común. Una pequeña historia. Una historia donde los personajes tejen lazos entre sí basados en una serie de pequeñas mentiras. Estábamos interesados en explorar las rutinas, los protocolos, las frases hechas, lo que dicen y lo que esconden. Jacobo y Marta están de acuerdo en vivir una mentira por unos días, una ficción. Herman llega desde Brasil y de cierta forma se adapta y encaja en la misma. ¿Cuánto vale para ellos la mentira que crearon? ¿Hasta qué punto es esto una mentira, y hasta qué punto la mentira los hace incapaces de escaparse de la rutina, de la mentira cotidiana? Por un tiempo me pregunté por qué estábamos produciendo esta película. Porque, después de 25 watts, un film joven y autobiográfico, estábamos haciendo Whisky, una película sobre dos hermanos judíos de sesenta años, una mujer y una fábrica. Soy solamente un chico, como mi colega. Ninguno de nosotros tiene sesenta años ni somos judíos ni tenemos una fábrica. Cuando escribimos el guión, nos dimos cuenta que quizá estos personajes no difieren mucho de lo que somos. Que no estábamos tan alejados de esos tres tipos de soledad. Esto puede ser una proyección de nosotros mismos, lo que podríamos ser dentro de veinte, treinta años. Detrás de la máscara de Jacobo, Herman y Marta, entramos en contacto cara a cara con nuestros miedos. De cierta forma, Whisky es diferente y al mismo tiempo muy similar a 25 watts. Hay algo en la atmósfera, la melancolía, en el tono, que las une. Algo en la tensión contenida en las escenas. Donde en 25 watts había palabras, acá tenemos silencio, pero ambos casos trabajan de la misma forma, como si los personajes de Whisky estuvieran ya cansados de hablar, como si no quedara nada más para decir. Se dice que los directores hacen siempre la misma película. Tal vez un poco de eso nos este pasando también". Pablo Stoll Muchas veces, mientras filmábamos la historia, el director de fotografía, el director de arte, Pablo y yo (los directores), pasamos más tiempo de lo permitido decidiendo el encuadre final. Especialmente porque tenemos actores con enormes diferencias de estatura y tienen que estar juntos en la escena ya sea parados o sentados. En cualquier otro film, la solución habría sido muy simple: corregir la escena. En otras palabras: re-encuadrar durante la escena para balancear las diferentes alturas. Pero como habíamos decidido que la cámara nunca se movería, muchas veces debíamos decidir si cortábamos la cabeza de Jacobo o dejar un gran espacio vacío sobre la cabeza de Marta; la idea era no tener que panear, mover o usar una cámara en mano. Cuando el asistente de dirección o el productor venían a alertarnos que ya no quedaba tiempo para esta extensa toma de decisión, me pregunté por qué nos estábamos creando tal problema. Y realmente, no tenía una respuesta concreta. Asimismo, al mismo tiempo, estaba muy claro para mí que no estaría dispuesto a aceptar que la cámara se moviera por todo el oro del mundo. Fue como un comando divino. Hoy, casi un año después, y después de ver el film terminado varias veces, una de las cosas que más me satisface es el encuadre, la inmovilidad de la cámara, y cómo eso enriquece la narrativa. Y siento que empiezo a entender mejor por qué la cámara nunca debía moverse. Whisky es una historia creíble. Podría pasar en la vida real. Asimismo, en ciertas áreas me recuerda a un libro de cuentos infantiles, donde encuentras en cada página un gran dibujo y en el pie hay una o dos oraciones. Y así, página a página, y escena a escena, uno lentamente va entrando al pequeño mundo de la narración. Luego, recordé que unos meses antes de empezar el rodaje, cuando no teníamos ni la pálida idea de cómo trabajar cada escena, compramos un cómic: “Jimmy Corrigan, el niño más listo de la tierra”. Cuando lo vimos, sentimos que habíamos encontrado algo que transmitía visualmente un ambiente similar al concepto que teníamos para filmar el guión. Obviamente, ni los libros ni los cómics tienen movimientos de cámara. Esta es posiblemente una de las tantas explicaciones para la casi religiosa necesidad de dejar la cámara inmóvil. Pero viendo la película, es la explicación más convincente para mí. Dios salve los trípodes. Juan Pablo Rebella

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