Entrevistamos a Carla Morrison en Casa de América a propósito de su nuevo sencillo junto a Pablo Alborán, Si te quedas, una colaboración largamente deseada que nació tras su encuentro en La Voz España. “Yo tenía ya muchos años con ganas de colaborar con Pablo”, explica la cantautora, que recuerda cómo se reunieron en París para componer una canción que reflexiona sobre las relaciones contemporáneas.

El tema surge de una inquietud personal: la fragilidad de los vínculos actuales. Morrison señala que “hoy en día sentía que muchas de las relaciones eran como muy efímeras”, marcadas por la distancia emocional, el ghosting y la falta de compromiso. Frente a ello, Si te quedas reivindica la paciencia y la profundidad afectiva: “A veces el amor es poco a poquito… y luego encuentras a un oro puro, un diamante en bruto, y dices: qué bueno que me quedé”. La afinidad creativa con Alborán fue inmediata: “Como los dos somos unos románticos dramáticos nos metimos full”.

Sobre su relación con España, Morrison se muestra agradecida y emocionada por la conexión creciente con el público. “España siempre me recibe muy bonito”, afirma, celebrando también el auge de nuevas generaciones de artistas y el intercambio musical entre ambos países. Destaca nombres como Rosalía, Aitana, Rosalén o Vanessa Martín, y subraya los puntos en común culturales y creativos entre España y México.

En el plano personal, la artista reflexiona sobre la necesidad de equilibrio tras una etapa de sobrecarga laboral. “Me sentí muy sobretrabajada, perdí un poco el propósito de por qué hacía lo que hacía”, confiesa. Hoy prioriza el descanso, la tranquilidad y el cuidado emocional, consciente de que la carrera musical “es muy exigente, muy celosa”. La espiritualidad, el entorno cercano y la madurez —“ya casi tengo 40 años, como que ya no me tomo tantas cosas tan en serio”— se han convertido en pilares fundamentales.

Morrison se encuentra actualmente finalizando su próximo disco, un trabajo profundamente íntimo que aborda nuevas vivencias como mujer. Entre los temas, aparecen los roles de género, la decisión de no ser madre y el impacto de una menopausia temprana, que la llevaron a replantearse su identidad: “Si no soy madre, ¿quién soy?”. También explora el amor, el desamor y la pérdida de su padre, desde un enfoque honesto y atemporal. “Es muy personal, pero al mismo tiempo cualquier persona puede escuchar la canción y hacerla suya”, concluye, visiblemente emocionada ante un disco que define como genuino y cercano.