Nació en diciembre de 1954 en Santiago de Chile. Estudió en la Academia J. L. Azparren, Madrid (España); en el Taller de Artes Visuales, Santiago (Chile); en el Taller de Grabado Profesor Papageorgia, Madrid (España). En 1971 se trasladó a España junto a su familia estableciéndose en Madrid. Por tradición familiar estudió y terminó la carrera de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, que nunca llegó a ejercer. Su interés por el arte le llevó a incursionar en el quehacer artístico de manera autodidacta.  Tiene en su haber más de sesenta exposiciones en galerías y museos de diferentes países (España, Alemania, Austria, Suiza, Inglaterra, Chile, Argentina, Estados Unidos y Japón). Su obra cuelga en museos e instituciones públicas y en colecciones privadas.  

El arte de Pablo Siebel no es posible encasillarlo dentro de un estilo, aunque está claro que su obra es arte de nuestro tiempo, arte actual. Desde sus inicios nunca sintió la obligación de adherirse a ninguna doctrina o tendencia artística. Es un ser contemporáneo, observador del mundo y también de los hombres y sus relaciones. Sus intereses variados se han desarrollado por haber vivido en diferentes lugares del mundo. El camino a la interpretación de sus obras queda abierto al espectador, tal como el arte contemporáneo pide, a una activa participación del público. Se trata de un arte con significado y profundidad. ¿Qué quiere Siebel? Él proporciona al arte otras dimensiones: el placer en la creación y transmisión de alegría con una cierta ironía, haciendo un guiño al espectador. Mirando con más detenimiento vemos todo tipo de materiales en sus obras, un trozo de tubo de plástico, finas ramas de algún arbusto, telas, etc. Materiales usados, desechados, rescatados de la basura, les da un significado y los convierte en arte, siempre con su toque de ironía, alegría creativa, de una forma que podríamos llamar lúdica.  El espectador debe hacer como el artista, primero ver toda la composición, luego pasar a discernir entre los materiales usados y por último disfrutar tranquilamente de los divertidos y coloridos añadidos. Puede ocurrir que una segunda mirada nos lleve a ver cosas nuevas o encontrar otras explicaciones. El artista no se opone a la búsqueda de nuevos significados. Los luminosos cuadros pintados con acrílico llenos de espirales, líneas paralelas, laberintos, con estos conocidos elementos trabaja Siebel normalmente. Así hace más denso el espacio del cuadro, sigue la tradición artística de la representación usando antiguos símbolos, pero de un modo muy personal, reflejando sus propias ideas.  Esto es esencial para el artista, él conoce la historia del arte y usa sus signos. Al mismo tiempo está atento a lo que pasa a su alrededor para integrar las novedades del arte actual.