Casa de América quiere dar su último adiós a Oscar Niemeyer, el arquitecto que amaba las curvas y que creó un nuevo estilo en su disciplina. El genio brasileño falleció el pasado 5 de diciembre y fue enterrado en Río de Janeiro entre honores de Jefe de Estado. Niemeyer despreció la línea recta porque, a su juicio, no conducía a nada. Y de ese desprecii nació una arquitectura que ha sido admirada a lo largo de dos siglos. Su arte y su longevidad (murió diez días antes de cumplir 105 años) le hicieron mundialmente famoso. En 1988 recibió el Pritzker de Arquitectura por sus edificios, llenos de color, luz y reminiscencias de su tierra natal, Brasil. En ella está gran parte de su obra, incluidos muchos de las construcciones más emblemáticas de Brasilia, como los palacios presidenciales de Planalto y Alvorada, la sede del Senado y la Cámara de los Diputados. España cuenta con una de sus obras: el Centro Niemeyer, en Avilés (Asturias).