La música ha vivido una auténtica revolución gracias al mundo digital. Parece que fue ayer cuando se escuchaban las canciones en los comediscos y los ritmos más novedosos eran grabados con cintas que rebobinábamos una y otra vez con bolígrafos. El vinilo se ha convertido en un objeto de coleccionismo y la música se escucha directamente desde Internet, vía streaming.
Han nacido nuevas compañías al calor de esta forma de crear, distribuir y disfrutar música. Pero, ¿cómo ha afectado a los artistas? ¿Han modificado su forma de componer? ¿Cuáles son las oportunidades que ofrece la tecnología? ¿Han cambiado los gustos del público? ¿Están de acuerdo con los nuevos modos de distribución?