13/03/2013. Carla Guelfenbein asistió a la Casa de América para participar en una mesa redonda sobre literatura chilena contemporánea. En la entrevista realizada unos minutos antes del acto, la escritora nos explicó que el panorama de la literatura chilena se caracteriza por su gran diversidad. Lo mismo ocurre con la literatura hispanoamericana en general, que según ella no responde a un estilo definido o común.  La barrera aún presente para los chilenos de hacerse un hueco en España, y viceversa, fue uno de los inconvenientes señalados por la escritora. Sin embargo, ella ha conseguido hacerse un hueco en nuestro país con sus novelas publicadas: El revés del alma (2002), La mujer de mi vida (2005), El resto es silencio (2008) y Nadar desnudas (2012).  Si Guelfenbein tuviera que definir en un sólo término todas estas obras, ese sería "intimismo". Según sus palabras, le gusta mirar "por el rabillo de la puerta" y asomarse a las historias. Historias pequeñas que se entrecruzan con la Historia -con mayúsculas-. Su último libro, por ejemplo, transcurre en los meses posteriores al golpe de Pinochet. Para la escritora, la literatura es historia. Incluso afirma que las dos últimas novelas que más le han gustado han sido Los girasoles ciegos y El abrecartas, ambas sobre la guerra civil española.  Le preguntamos también sobre la denominación de 'literatura femenina', en la que dice sentirse incluida. Sin embargo, recalca que dicha corriente no es sólo de mujeres, sino que, entendiendo lo femenino como lo "íntimo" o "particular", existen también numerosos hombres que escriben este tipo de literatura.