cine

Sin retorno

Miguel Cohan

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Proyección de la película Sin retorno, de Miguel Cohan, dentro de la muestra 'Cine negro argentino a color'. Argentina-España 2010 / 104’ (+12). Dirección: Miguel Cohan. Intérpretes: Leonardo Sbaraglia, Martín Silipak, Bárbara Goenaga, Luis Machín, Ana Celentano, Arturo Goetz, Agustín Vásquez, Federico Luppi. Sinopsis: Un joven muere atropellado en un accidente de tráfico. El culpable huye sin dejar rastro. Ninguna prueba lo incrimina. Pero el padre del joven, apoyado por los medios de comunicación, exige encontrar al responsable y llevarlo a la cárcel. Una serie de acontecimientos fortuitos y una justicia contaminada por la opinión pública ponen al hombre equivocado en el banquillo de los acusados. Envueltos en el entretejido del azar y las decisiones desesperadas, estos hombres deberán enfrentarse a la culpa, la responsabilidad y la necesidad íntima de redención en una espiral que no tendrá retorno. Fecha: 24 de octubre de 2016. Hora: 19.30. Lugar: cine Casa de América. Sala Iberia. dfty       Entrada libre hasta completar aforo.
Dirección: Miguel Cohan. Producción: Haddock Films (Argentina), Tornasol Films y Castafiore Films (España). Producción asociada: Telefé, Arena Films, Miguel Cohan. Productores: Vanessa Ragone, Gerardo Herrero, Mariela Besuievsky. Guión: Miguel Cohan, Ana Cohan. Fotografía: Hugo Colace. Dirección artística: Federico Cambero. Montaje: Fernando Pardo. Música: Lucio Godoy. Intérpretes: Leonardo Sbaraglia, Martín Silipak, Bárbara Goenaga, Luis Machín, Ana Celentano, Arturo Goetz, Agustín Vásquez, Federico Luppi.   Película realizada con el apoyo del ICAA (España), del INCAA (Argentina) y del Programa Ibermedia.
(Argentina). Director y guionista. Después de terminar sus estudios en la Universidad del Cine comenzó a trabajar en la industria cinematográfica argentina. Como ayudante del director Marcelo Piñeyro, colaboró estrechamente en la realización de sus películas Cenizas del paraíso (1997), Plata quemada (2000), Kamchatka (2002) y El método (2005). Además coescribió el guión del episodio El Dorado, dirigido por Marcelo Piñeyro, que formó parte del largometrajeHistorias de Argentina en vivo (2001). Dirigió también el cortometraje Gardey, que participó en el Festival Internacional de Derechos Humanos en Buenos Aires. Sin retorno es su primer largometraje de ficción como director. En 2013 dirige Betibú. Actualmente trabaja en su próximo proyecto.
Existe una particular relación entre el crimen y la clase media que siempre me ha fascinado. Un extraño equilibrio entre el hecho delictivo puntual y el mundo burgués cotidiano y banal que lo sucede. En la crónica periodística abundan historias de hombres y mujeres que cometen un crimen e intentan ocultarlo. Pero estos relatos suelen terminar en el hecho policial concreto y en su resolución judicial. Y yo siempre me quedo con más preguntas. ¿Cómo sigue la vida de una persona que es responsable de una muerte? ¿Cómo hace para ocultar el hecho y seguir adelante con su vida cotidiana? Un día mata. Al día siguiente no puede dejar de pensar en ello. Tres días después vuelve a trabajar como si nada hubiera pasado. Y así, día a día, lo cotidiano va reconquistando su lugar y el violento hecho de haber matado a alguien queda debajo de capas y capas de situaciones triviales que constituyen la vida diaria de cualquier persona de clase media: trabajar, criar a sus hijos, pagar sus impuestos. Pero el crimen sigue ahí, acechante, presente, afectando de algún modo su vida para siempre. Esto dispara un segundo tema fundamental en Sin retorno. Cuando comenzamos a escribir el guión la relación indivisible entre las acciones y sus consecuencias se nos impuso de inmediato. Matías atropella a un ciclista y huye del lugar. Esto produce claras consecuencias en su familia y en la del joven muerto. Pero también en la de Federico, que minutos antes pasó por el mismo lugar y termina siendo acusado. A partir de esto vimos como una compleja red de personajes e interacciones crecía ante nosotros. Una red que necesitaba un relato con múltiples puntos de vista, donde la acción de cada uno de los personajes termina teniendo consecuencias sobre los otros y finalmente sobre sí mismo. El desafío era poder comprender esas acciones, entender sus razones sin juzgarlas. Aun conociendo las repercusiones trágicas sobre los otros, y aun sabiendo que, tarde o temprano, esas consecuencias volverían sobre ellos mismos. Filmado en un tono realista y seco cercano al realismo norteamericano de los años setenta, Sin retorno intenta reflexionar sobre esa extraña frontera que existe entre las acciones y sus consecuencias, entre lo criminal y lo cotidiano, entre el policial y el drama.
Espiga de Oro (exaequo con Copie Conforme, de Abbas Kiarostami). Premio de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (FIPRESCI). Premio Pilar Miró al mejor director novel. Semana Internacional de Cine de Valladolid. España, 2010. Mención especial del jurado. Festival Internacional de Cine de Friburgo. Suiza, 2011.  

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