cine

Paulina

Santiago Mitre

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Proyección de la película Paulina, del cineasta Santiago Mitre. Argentina-Brasil-Francia, 2015 / 103’ (+16). Dirección: Santiago Mitre. Intérpretes: Dolores Fonzi, Óscar Martínez, Esteban Lamothe, Cristian Salguero y Walter Casco. Sinopsis: Paulina, veintiocho años, decide dejar de lado una brillante carrera como abogada en Buenos Aires para dedicarse al activismo social en una zona situada entre Argentina, Paraguay y Brasil. Un thriller social que explora a personajes conectados a un acto violento -tanto víctimas como autores- y examina la forma en que esta violencia hace nacer diferentes ideas de la justicia.

Fecha: los jueves, viernes y sábados del 23 de junio al 9 de julio de 2016. Hora: 20.00. Lugar: cine de Casa de América. Sala Iberia.

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Aforo: 90 localidades. Entradas: General: 5 euros. Entradas con descuentos: 2,50 € Usuarios de la tarjeta DMM. 3 € Mayores de 65, carnet joven, empleados de Telefónica e Iberia y titulares de Iberia Plus e Iberia Singular. 1 € Desempleados. Imprescindible presentar acreditación. Taquilla: En el Punto de Información (Plaza de Cibeles s/n). De lunes a viernes de 10.00 a 15.00, y de 16.00 a 20.00. Sábados de 19.00 a 20.00. Venta anticipada exclusivamente de lunes a viernes. Se acepta el pago con tarjeta, para compras superiores a 7,99€.

Dirección: Santiago Mitre. Producción: La Unión de los Ríos, Lita Stantic Producciones, Telefónica Studios (Argentina). Coproducción: Story Lab, Full House (Francia), VideoFilmes (Brasil). Productores: Agustina Llambi Campbell, Fernando Brom, Santiago Mitre, Lita Stantic, Didar Domehri, Laurent Baudens, Gaël Nouaille, Axel Kuschevatzky, Walter Salles, Ignacio Viale. Guión: Mariano Llinás, Santiago Mitre, sobre una historia de Eduardo Borrás. Fotografía: Gustavo Biazzi. Dirección artística: Micaela Saiegh. Montaje: Delfina Castagnino, Leandro Aste, Joana Collier. Sonido: Santiago Fumagalli, Federico Esquerro, Edson Secco. Música original: Nicolás Varchausky. Intérpretes: Dolores Fonzi, Oscar Martínez, Esteban Lamothe, Cristian Salguero, Walter Casco.

(Buenos Aires, 1980). Director y guionista. Cursó estudios de Dirección Cinematográfica en la Universidad del Cine (FUC) de Buenos Aires. En 2004 codirigió con Alejandro Fadel, Martín Mauregui y Juan Schnitman EL amor (1ª parte), un largometraje presentado en el BAFiCi (Buenos Aires Festival Internacional de Cine independiente) y en la semana internacional de la Crítica del Festival de Venecia. Empezó a escribir para la gran y la pequeña pantalla en 2006. Ha escrito tres largometrajes para el director Pablo trapero: Leonera (Selección Oficial, Cannes 2008), Carancho (Una cierta mirada, Cannes 2010) y Elefante Blanco (Una cierta mirada, Cannes 2012). En 2011 cofundó la productora independiente La unión de los ríos, a través de la que produjo su primer largometraje en solitario, EL estudiante. La película fue invitada a más de treinta festivales y cosechó numerosos galardones, como el Premio Especial del Jurado (Cineasti dei Presente) en el Festival de Locarno, Premio Especial del Jurado y Mejor Fotografía en el BAFICI. Recibió, además, el Premio a la Mejor Película en los festivales de Gijón y Cartagena de Indias, así como el Premio de la FiPRESCi a la Mejor Película Argentina de 2011. En abril de 2013 presentó en el BAFiCi el mediometraje Los posibles, codirigido con Juan Onofri Barbato, mezcla de cine y teatro, de cámara y danza. Paulina es su segundo largometraje como guionista y realizador.

No había visto la primera versión de La patota (1961), dirigida por Daniel Tinayre y protagonizada por Mirtha Legrand, hasta que me pidieron que realizara una nueva adaptación. Vi la película y decidí que ya tenía bastante. No quise volver a verla. Era suficiente. Algo en el personaje de Paulina era como una bofetada. Desde el principio, escribí pensando en Paulina, intentando entenderla, pero no tardé en comprender que no era posible. Paulina no necesitaba que se la entendiera, y eso era exactamente lo que me interesaba de esta película. Podía seguirla, estar con ella, pensar como ella, pero no debía intentar entenderla. No debía encerrarla con explicaciones. A Paulina la empuja una motivación por la supervivencia que casi roza lo irracional, y esa misma fuerza empuja la película, arrastrándonos. El otro personaje principal, que no tiene un papel tan importante en la primera película, pero que se hizo muy importante para mí, es el padre, el juez Fernando Vidal. Es un juez liberal, de mentalidad abierta, con un amplio bagaje político y de fuertes convicciones, que ha educado y modelado a su hija a su imagen. Los temas centrales de la película, la justicia, la marginalidad, el existencialismo, la violencia de género, el sistema de justicia entre delincuentes, las clases sociales, el perdón, se esconden y desarrollan entre dos puntos de vista, padre-hija, abogada-juez, mujer-hombre. La versión original exploraba la idea del perdón a través de parámetros morales muy cercanos a la religión. No me interesa la religión, pero me di cuenta de que podía trabajar con los principales planteamientos de La patota desde otra perspectiva si construía una fábula con las convicciones políticas como núcleo. Llené el lugar ocupado por la religión en la película original con otra creencia: la ideología. ¿Hasta dónde pueden llegar las convicciones sociales? ¿Dónde está el límite de la ideología? Paulina se embarca en una búsqueda personal planteándose esas preguntas. La búsqueda es únicamente suya, como el dolor que soporta. Lo que une a otras mujeres que también han sido víctimas de la violencia es la misma pregunta dolorosa: ¿Cómo se sobrevive a esto? Hace unos años rodé una película titulada El estudiante, en la que trabajé con un personaje que no creía en nada, un pragmático que seguía adelante sin preguntarse por qué pasaban las cosas. De algún modo, Paulinaes el opuesto complementario. Paulina cree, reflexiona, sabe por qué hace lo que hace, y de ahí surge el drama. En EL estudiante, como en Paulina, los personajes se transforman del todo. Y en ambas películas está la voluntad de examinar los mundos (sociedades) políticos desde una perspectiva contemporánea. Uno de los desafíos de Paulinaes preguntarnos cómo se respetan las decisiones con las que no estamos de acuerdo. Es fácil respetar las decisiones que también tomaríamos, pero es casi imposible intentar entender lo que nos parece equivocado. ¿Por qué toma Paulina semejante decisión? ¿Qué busca? ¿Qué quiere demostrar? Nos hicimos estas preguntas regularmente durante todas las etapas de la película, y seguimos sin tener la respuesta. Espero que el espectador también se haga estas preguntas. Es difícil encontrar una respuesta, interpretar su decisión, tan difícil como interpretar la violencia que la hace ser como es en un mundo donde las instituciones apenas sirven para frenar, en un mundo incapaz de aportar respuestas, donde la violencia aparece con o sin motivo. ¿Qué puede hacer el cine con todo esto? Muy poco, probablemente nada. Solo ofrecer imágenes, crear ficciones, concretar ideas, plantear preguntas... En otras palabras, construir un territorio desde donde podamos observar y dar pie a un pensamiento. Quizá ya sea algo.

Gran Premio de la Semana de la Crítica Premio FIPRESCI Festival Internacional de Cine de Cannes. Francia, 2015. Premio Horizontes Premio TVE – Otra Mirada Premio EZAE de la Juventud Festival Internacional de Cine de San Sebastián. España, 2015. Mejor actriz (Dolores Fonzi) Premio Iberoamericanos de Cine Fénix otorgado por la Asociación Cinema 23.

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