Una de las fiestas más importantes para el calendario católico en el mes de noviembre es la que conmemora a Todos los Santos y a los Fieles Difuntos. Esta tradición también está presente en América Latina, como un reflejo del intercambio cultural producido entre Europa y América y de las raíces indígenas de este continente.  

Patrimonio de la Humanidad: Día de Muertos en México 

México es conocido por los tacos, las rancheras, el tequila... y por la celebración del Día de Muertos. Esta festividad forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2008 y es considerada una de las expresiones culturales indígenas más antiguas e importantes del país.  

En gran parte de la República de México, la celebración indígena se realiza entre finales de octubre y principios de noviembre. En general, el día 1 de noviembre está dedicado a los niños fallecidos y el día 2 a los adultos, no obstante, en cada región del Estado es posible encontrar variaciones tanto en fecha como en el tipo de actividades. Según explica el gobierno de México, “en el estado de Morelos comienza el 28 de octubre, día destinado a las personas que perdieron la vida de manera trágica, mientras que en regiones como Cuanajo inicia el 31 de octubre, fecha dedicada a conmemorar a los niños y personas que murieron solteras”. 

Los orígenes del Día de Muertos se encuentran en las culturas prehispánicas. La principal diferencia con la festividad actual está en la fecha de celebración: en el noveno mes del calendario solar mexica, que corresponde al mes de julio, se celebraba “la fiesta de los muertitos” (Miccailhuitntli) y en el siguiente mes, “la fiesta de los muertos grandes” (Ueymicailhuitl). Con la llegada de los españoles a partir del siglo XV y la implantación del catolicismo en América, estas tradiciones indígenas fueron trasladas a las fechas del Día de todos los Santos y los Fieles Difuntos.  

El altar de muertos 

La tradición más importante del Día de Muertos y el principal legado de los pueblos indígenas es el altar de muertos. Se trata de una ofrenda a las almas de los difuntos que en esta fecha vuelven al mundo de los vivos.

En los altares de muertos se colocan distintos objetos para que el difunto coma, beba, descanse y conviva con sus seres queridos. Su realización sigue diversos criterios: edad del difunto, elementos relacionados con la naturaleza, ideas y costumbres de cada pueblo... Los objetos más comunes de la ofrenda son un mantel blanco, símbolo de pureza y alegría, sal como purificador, papel picado colorido como símbolo del viento, calaveras que representan los cráneos de cautivos sacrificados de la época precolombina, flores de cempasúchil que representan el sol que guía a los difuntos, entre muchos otros.  

En esta festividad, la gastronomía está muy presente con platillos como el mole rojo, dulces típicos, frutas de temporada y el pan de muerto, un pan con forma redondeada y elaborado con harina de trigo, huevo, azúcar y anís. Este es adornado con masa en forma de huesos.  

Un símbolo: la Catrina 

Sin duda, uno de los personajes más conocidos del Día de Muertos y de México es la Catrina. Esta palabra proviene de «catrín», nombre con el que se denomina a un varón de alta clase social con una vestimenta particular y con un carácter presumido.  

La representación de la Catrina como la conocemos hoy fue idea del caricaturista José Guadalupe Posada, quien la llamó “la Calavera Garbancera”, refiriéndose a los indígenas que negaban sus raíces. El muralista Diego Rivera con su Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (1947) la popularizó totalmente en esta obra crítica con su sociedad. 

El Día de Muertos más allá de México 

La tradición del altar de muertos también está presente en países cercanos a México. En El Salvador, regresó hace escasos años esta tradición indígena en el municipio de Izalco (Sonsonate), una costumbre perdida con la guerra civil de 1980. 

En Guatemala, además de las tradiciones católicas, se prepara un plato que se ha convertido en una costumbre para esta festividad: el fiambre guatemalteco. Una peculiaridad en este día el festival de cometas gigantes de la localidad de Sumpango, denominadas Barriletes.  

En Haití, el Día de los Muertos es conocido como Guédé según la religión vudú. Ese día, los creyentes, vestidos de violeta y negro y con la cara pintada, echan ron especiado sobre las tumbas, colocan huesos por el cementerio y se reúnen alrededor de las tumbas.  

El Día de Muertos es una festividad universal sin importar creencias, culturas o lugares. Su objetivo es recordar a nuestros seres queridos y mirar a la muerte con otra cara  ¿Y tú, cómo lo celebras?