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Celebrar el año nuevo al estilo latinoamericano

Celebrar el Año Nuevo al estilo latinoamericano

El año 2024 está cada vez más cerca. Pasada ya la Nochebuena y Navidad, toca ir despidiéndose del año presente mientras se hace balance de lo sucedido y se espera con ganas el nuevo año.

Más allá de la costumbre de comer doce uvas que tenemos en España para dar entrada al año o la tradición estadounidense de besar a la persona que se tenga más cerca cuando dan las doce de la noche, los países de América Latina tienen costumbres más variadas.

La costumbre más extendida en Latinoamérica para dar la bienvenida a un nuevo año es la de quemar un muñeco llamado “Año viejo” como símbolo de que todo lo malo que sucedió durante al año anterior se elimina y se olvida. El muñeco está elaborado con paja, materiales inflamables o, incluso, hay personas que llenan el interior del muñeco con prendas viejas. La quema se lleva a cabo en la noche del 31 de diciembre en varios países como Ecuador, Venezuela, Colombia, Perú, México, Nicaragua y Argentina.

En este último país, concretamente en Buenos Aires, también es común que los trabajadores tiren, en el último día hábil del año, papeles por la ventana de las oficinas, como una forma de deshacerse de todo lo viejo y dejar el año atrás. En Uruguay, sucede algo parecido. Las familias tiran desde las ventanas de sus hogares papeles o calendarios ya inservibles con la misma intención.

Una variante de lanzar papeles es tirar cubos llenos de agua por la ventana. El propósito de esto es alejar las malas energías de la casa. En Uruguay, a esta costumbre de año nuevo se la conoce como “baldazo” y, en Cuba, como “cubazo”. En Puerto Rico, llenan ollas y sartenes con agua y la echan en la puerta de casa.

El color de la ropa también es un clásico en las costumbres de Nochevieja. En Brasil, visten de color blanco, que representa la pureza, como símbolo de rechazo hacia las malas vibraciones. Además, como celebran la entrada al nuevo año en verano, los brasileños en los lugares de costa tienen como tradición ir a la playa y colocar velas en la arena y flores en el mar para honrar a Yemayá, diosa del mar.

Para tener trabajo y dinero todo el año, en Perú, Colombia, Venezuela y Chile, comen lentejas como última cena del año. Además, para intensificar ese deseo de prosperidad económica, se ponen dinero en los zapatos. Con este mismo objetivo, en Guatemala, lanzan a medianoche doce centavos en la puerta de casa.  

Otra de las tradiciones más curiosas es la de desfilar con maletas por las calles de Colombia, Ecuador o Venezuela para atraer la suerte de un año lleno de viajes. Cuanta más distancia recorran con la maleta, se piensa que los viajes serán mejores.

En México, barren la casa meticulosamente con el objetivo de sacar las penas y las malas energías. Se debe empezar con la escoba en la parte más lejana de la casa y avanzar hasta la puerta que da a la calle.

En El Salvador, rompen un huevo en un vaso y lo dejan toda la noche fuera de casa. La figura que se haya formado a la mañana siguiente es la que traerá fortuna en el año nuevo. En Perú, colocan tres patatas debajo de un sillón: una que está pelada, otra a medio pelar y otra sin pelar. La persona coge una patata a ciegas, si sale la patata sin pelar será un buen año en términos económicos, si sale la patata a medio pelar tendrá un año normal, y la patata pelada presagia un año con penurias económicas.  

Las costumbres realizadas el 31 de diciembre para dar la bienvenida al nuevo año muestran la diversidad de creencias y deseos. En medio de estas tradiciones, queda patente la esperanza compartida de un futuro próspero, lleno de buena fortuna y experiencias positivas.

 

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