5/7/2012. El ministro de educación de Chile, Harald Beyer Burgos, ha participado en el tercer Diálogo euroamericano de Casa de América. Ha presentado a un grupo de autoridades españolas del ámbito de la educación y de periodistas los retos a los que se enfrenta la educación en Chile. Tomás Poveda, Director General de la Casa de América, alabó los avances de un sistema que en educación secundaria, según los informes de PISA, va camino de una rápida convergencia con la media de los países OCDE y que es el primero de América Latina. El Ministro Beyer Burgos cifró los avances y retos de la educación universitaria en los cerca de millón cien mil estudiantes en la actualidad, frente a los doscientos mil de comienzos de los 90. Tal como apuntó Félix García Lausín, Secretario General del Consejo Universitario Iberoamericano, España pasó por un “desarrollismo” universitario similar en los años 80, cuando el número de universitarios paso de 750 mil a millón y medio (la cifra actual). El Ministro chileno diferenció el panorama universitario chileno del español, y del de la mayoría de los europeos, en que, mientras en España el 90% de la oferta universitaria es pública, en Chile tan sólo lo es el 17%, que coexiste con un sector privado mayoritario. El actual Gobierno chileno, dijo el ministro, está abordando decididamente la cuestión de la financiación de los préstamos a universitarios, mejorando las condiciones de los mismos y vinculando el repago a ingresos reales obtenidos por los egresados. No obstante, mantiene diferencias con algunas peticiones del movimiento estudiantil, pues no optará por la gratuidad en la educación universitaria y mantendrá la libertad en la elección educativa, lo cual se traduce en una amplia oferta universitaria de carácter privado. En cuanto a las becas, el Gobierno pasará de 120 mil becas en 2010 a las 400 mil estimadas para finales de 2014. A la pregunta sobre la educación primaria formulada por Emiliano Martínez, Presidente del grupo Santillana, el Ministro Beyer Burgos dijo que el principal énfasis de su Gobierno es la educación pre-escolar, de los 0 a los 6 años. El objetivo es acortar, desde la infancia, las disparidades educativas generadas por diferencias socioeconómicas. Como meta, el Ejecutivo chileno se plantea pasar de 1,7 libros anuales por alumno de preescolar a que tengan a su disposición 4 libros por niño y año.