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El Holocausto desde América Latina

27 de enero de 1945. El mundo entero vive uno de los episodios más traumáticos conocidos hasta la fecha: la Segunda Guerra Mundial. Ese día comenzó el fin de un conflicto iniciado hacía seis años con la liberación del campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau (Polonia), unos espacios creados por la Alemania nazi para encarcelar a adversarios políticos o grupos discriminados. Desde entonces, esa fecha es conocida como el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto por la UNESCO, un trágico suceso que afectó a toda la Humanidad.   

El Holocausto fue la persecución y asesinato organizado por parte del régimen nazi y colaboradores desde 1933 hasta que finalizó la Segunda Guerra Mundial en 1945. Los grupos atacados fueron los que las autoridades alemanas concebían como inferiores racial y biológicamente: judíos, gitanos, personas con discapacidad, comunistas, homosexuales... personas de todo tipo de condiciones y de distintas nacionalidades. Estos crímenes no solo tuvieron repercusión en los lugares perpetrados sino que involucraron a muchas otras partes del mundo como América Latina. Hoy esta región promueve la educación, documentación e investigación en escuelas y museos sobre este suceso así como recuerda a las víctimas. 

El Holocausto vivido por los latinoamericanos

En la Europa de la Segunda Guerra Mundial varias personas anónimas ofrecieron su ayuda para salvar la vida de los perseguidos por los nazis. Hoy es posible conocer los nombres de varios de estos héroes gracias a la iniciativa “Justos por las Naciones”, un título oficial otorgado por el Estado de Israel y el pueblo judío a no judíos que se arriesgaron para salvar vidas durante el Holocausto

Entre estos se encuentran ocho latinoamericanos: Samuel del Campo (Chile), María Edwards McClure de Errázuriz (Chile), Amparo Pappo (Cuba), José Arturo Castellanos (El Salvador), Manuel Muñoz Borrero (Ecuador), Aracy De Carvalho-Guimaraes Rosa (Brasil), Luiz Martins Dantas de Souza (Brasil), José María Barreto (Perú) e Isabel Weill (Perú). Estos hombres y mujeres, a través de sus puestos en embajadas o contactos, consiguieron salvar miles de vidas de judíos a pesar de tener graves consecuencias.

Un ejemplo es la historia de  Samuel del Campo, encargado de negocios de la Embajada de Chile en Rumanía, que expidió miles de pasaportes chilenos a judíos para que obtuvieran protección. Del Campo fue retirado del servicio de diplomático cuando el gobierno chileno fue informado de sus acciones.

El recuerdo del Holocausto

En América Latina existen varias asociaciones y museos que buscan preservar la memoria del Holocausto y su repercusión en la región. Allí han podido rehacer sus vidas varios sobrevivientes como es el caso de Moisés Borowicz, quien pasó por varios campos de concentración hasta llegar a Buenos Aires en 1947 donde reside actualmente. Moisés Borowicz hoy forma parte del Comité de Honor de Sobrevivientes del Museo del Holocausto de Buenos Aires, una institución que ha recogido hasta 5500 objetos originales donados por supervivientes. 

En Casa de América, acogemos el ciclo de cine  'Holocausto. Una visión desde la literatura, el arte y el cine' realizado en el marco del Mes de la Memoria del Holocausto. 

 

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