Abel

Abel

Diego Luna

Sinopsis Abel es un niño de nueve años cuya conducta desconcertante y su negativa a hablar lo ha llevado a una institución de salud mental cercana a su casa. Su madre, una mujer que está criando sola a sus hijos desde que la abandonó su marido, está convencida de que volver a reunirlo con sus dos hermanos lo ayudará a mejorar, por lo que convence al médico de Abel para que lo deje volver a casa una semana. El niño vuelve a hablar y empieza a actuar como si fuera el cabeza de familia. Ante ese milagro, nadie protesta, hasta que un día un hombre llama a la puerta: su padre. Fecha: del  2 al 12 de febrero de 2011. (Excepto domingos, lunes y martes) Hora: 20.00. Entrada: 5 euros. Precio especial de 3 euros para: Mayores de 65 años, socios de CEDRO, socios de FNAC, carnet joven, NIE, empleados de Iberia y Telefónica, titulares de tarjetas Iberia Plus y Club Fiesta. Taquilla: Lunes a viernes, de 16.00 a 20.30. Sábados: desde las 19.00. Venta anticipada para todas las sesiones de cada película mientras esté en cartel.  
Abel México 2010 / 83’ www.abel-lapelicula.com www.altafilms.es Ficha artística Abel: Christopher Ruiz-Esparza. Paul: Gerardo Ruiz-Esparza. Anselmo: José María Yazpik. Cecilia: Karina Gidi. Selene: Geraldine Alejandra. Fili: Carlos Aragón. Ficha técnica Dirección: Diego Luna. Guión y diálogos: Diego Luna y Augusto Mendoza. Producción: Canana Films. Productor: Pablo Cruz. Productores ejecutivos: John Malkovich, Gael García Bernal. Fotografía: Patrick Murguía. Dirección artística: Juan Pablo García. Montaje: Miguel Schverdfinger. Sonido Directo: Santiago Núñez. Diseño Sonoro: Pablo Lach. Musica Original: Alejandro Castaños. Supervisión musical: Lynn Fainchtein.  
Diego Luna (México) Actor, director y guionista. Productor. Diego Luna empezó su carrera a los seis años, pero no se le conoció internacionalmente hasta su papel en la película Y tu mamá también [de Alfonso Cuarón (2001)], junto a Gael García Bernal, su amigo de siempre. Los dos han vuelto a coincidir en la película Rudo y cursi, de Carlos Cuarón [hermano de Alfonso Cuarón], presentada en el Festival de Sundance de 2009. Uno de sus últimos trabajos como actor ha sido Milk (Mi nombre es Harvey Milk, 2008), dirigida por Gus Van Sant. Ha ido alternando la interpretación con la dirección cinematográfica: ha realizado un documental consagrado al legendario boxeador Julio César Chávez, J. C. Chávez (2007), seleccionado por el Festival de Tribeca. Abel es su opera prima de ficción. Filmografía (Selección) Como actor 2001 Y tu mamá también, de Alfonso Cuarón. 2003 Soldados de Salamina, de David Trueba. Open Range, de Kevin Costner. Nicotina, de Hugo Rodríguez. 2004 Dirty dancing 2, de Guy Ferland. The Terminal (La terminal), de Steven Spielberg. 2005 Sólo Dios sabe, Carlos Bolado. 2006 Fade to Black (Fundido a negro), de Oliver Parker. 2008 Sólo quiero caminar, de Agustín Díaz Yanes. Milk (Mi nombre es Harvey Milk), de Gus Van Sant. 2009 Rudo y cursi, de Carlos Cuarón. Como director 2007 J. C. Chávez. 2010 Abel.  
Mi padre es decorador. Hace seis años, fuimos a ver el montaje de Trevor Nunn de Hamlet en Londres, que incluía una escena entre Hamlet y su madre que me pareció especialmente sexual. Después de la representación, le dije a mi padre. ‘¿Y si nos hemos equivocado siempre acerca de la obra, y Hamlet mata a su padre porque ama a su madre y seguidamente acusa a su tío?’. Un amigo mío escribió un libro en el que el personaje de un niño se toma por un adulto, y eso me recordó que una psicóloga que empecé a visitar a los doce años debido al insomnio me dijo que durante el día me comportaba como un joven de veinte años y por la noche volvía a ser un niño de cinco, así que teníamos que encontrar al chico de doce años que se escondía en alguna parte de mí. En cierto modo, esto es lo que le pasa a Abel en la película. Además, había esperado mucho tiempo para abordar lo edípico y pensé que era un buen momento para hacerlo. Así nació Abel: decidí contar la historia de un chico que ama a su madre y que pretende representar el papel de padre. La figura materna es sumamente importante en la cultura mexicana. En parte se debe a que desde hace bastantes décadas los padres dejan a sus familias para ir a buscar trabajo en Estados Unidos. Yo utilizo esta historia para evocar algo más amplio, que tiene sus efectos sobre la sociedad en su conjunto. Hay ciudades mexicanas en las que no se ve a ningún hombre entre los veinte y los cincuenta años porque todos ellos han ido a buscar trabajo. Pero para abandonar a la familia ya no es necesario desaparecer ‘físicamente’. Hay un tipo de abandono emocional, que no sólo sucede en México. Los padres delegan en la madre toda la educación de los niños y éstos lo acusan. Si no se está con el hijo en el momento en que pronuncia su primera palabra o da sus primeros pasos, para mí es una forma de abandono. Cuando tuve un niño, mi vida dejó de girar sólo alrededor de mí, y eso pasó en un santiamén. Abel se da cuenta de que su madre necesita un marido y está dispuesto a sacrificar su infancia por ella. Además, se arroga el papel de padre para ocuparse de su hermano y de su hermana. Para ser buen padre es indispensable saber escuchar a los hijos. En la película, hay varias escenas en que Abel no habla, sino que escucha intensamente a sus hermanos. En cierto modo, es la primera vez en que se han entendido de verdad. Abel es un niño, pero se adueña de otra identidad, que le hace sufrir menos y que puede controlar. Ya no hay un padre ausente, ni una familia en crisis, ni está enfermo... Repentinamente, vivir se hace mucho más fácil. En el fondo, todos tendemos a hacer lo mismo, en distintos grados. Todos intentamos escapar de lo que somos, de maneras distintas, porque es difícil aceptarnos tal como somos de verdad. Hay que prepararse a aceptar el sufrimiento, la tragedia y la pérdida, cosas sin las cuales sería mucho más fácil vivir. Cuando diriges tu primera película puedes pensar que la historia que cuentas no tiene nada que ver contigo, pero siempre hay elementos biográficos. Mi madre murió cuando yo tenía dos años, así que no me acuerdo de ella, no es como si la hubiera conocido y luego la hubiera perdido: desde el principio he vivido sin madre. Mi padre siempre estuvo a mi lado y me trató como a un adulto desde que yo era muy pequeño. Empecé a trabajar a los seis años, así que tuve que convertirme en adulto desde muy pronto. Y lo soy en ciertos aspectos, pero en otros, todavía hoy, sigo siendo un niño. No todos los aspectos de nuestra personalidad se desarrollan al mismo ritmo. Me propuse que el aspecto de la película fuera como el de un sueño. En cuanto al formato, elegimos el scope, porque yo quería que la película fuera el reflejo de la forma en que Abel influye sobre la gente que lo rodea y, al igual que en el teatro, quería que el espectador pudiera elegir en qué fijarse en el interior de cada plano. Durante los rodajes en que he participado como actor he descubierto que me apetecía mucho dirigir. Como actor, siempre me preocupó mucho todo lo que pasaba en el plató, con el deseo, en el fondo, de controlar toda la actividad. Es una gran responsabilidad, porque el cine nace del poder de mediación del director. El actor sólo es un instrumento que lo ayuda a contar su historia. Quiero seguir formando parte de las historias concebidas por otros directores, pero también quiero seguir contando mis propias historias.  

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