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Casa de América inaugura el ciclo ¿Qué sabemos del 5G en América Latina?, organizado junto a la asociación 5G Américas.
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La periodista Rosa Jiménez Cano ha moderado la conversación entre José Otero (5G Americas) y José Juan Haro (Telefónica).
Madrid, 14 de abril de 2021.
Casa de América ha inaugurado un ciclo tecnológico sobre 5G que contará con seis sesiones. La primera de ellas, que se ha estrenado hoy en el canal de YouTube de la institución, ha sido un punto de partida en el que se han planteado ya muchas de las cuestiones en las que se seguirá profundizando en las próximas sesiones. En esta conversación, moderada por la periodista Rosa Jiménez Cano, han participado José Juan Haro, director LATAM Public Policy and Wholesale Business de Telefónica, y José Otero, vicepresidente de 5G Americas para América Latina y el Caribe.
Posiblemente una de las grandes preguntas sea: ¿Nos va a cambiar la vida el 5G? Para José Otero, el cambio será más bien para las empresas: "Los primeros despliegues del 5G van a estar acotados a los factores productivos de la economía y no tanto a las personas. Esto tiene como consecuencia una estructura de red distinta en términos de frecuencia de espectro radioeléctrico que requieren una mayor densidad de antenas, lo que implica más costes para empresas como Telefónica para un servicio que realmente, en los primeros años, no va a dar mucha diferencia en velocidad".
¿Y qué ocurre en América? Para Otero, gran parte del freno histórico en el despliegue de nuevas tecnologías en América Latina se ha dado precisamente porque no contaban con los recursos necesarios para que los operadores pudieran desplegar la red, dada la falta de espectro radioeléctrico. "En Argentina se tardó 15 años en asignar espectro radioeléctrico. En Guatemala ya vamos para 20 años. Y en El Salvador no hay ni dónde colocar antenas", explica.
En este sentido, José Juan Haro, de Telefónica, opina que el problema en Latinoamérica es que los gobiernos tienen expectativas recaudatorias que no están alineadas con las condiciones de su mercado tecnológico: "El objetivo de los gobiernos latinoamericanos debería ser el de conectar a todos los latinoamericanos, no aumentar la recaudación fiscal". Y añade que él empezaría por asegurar que el espectro se coloca y se permite que los operadores puedan operar.
Haro ha hecho hincapié en las grandes diferencias que existen en materia de telecomunicaciones dentro de América Latina entre los centros urbanos y las zonas rurales. Existen zonas, ha explicado, en las que la población no tiene acceso a un dispositivo, no existen redes disponibles o solo llega el 2G (lo que incluiría solo el servicio de voz). Por ello, Haro ha insistido en que las empresas de telecomunicaciones y los gobiernos deben atacar ese problema y que la solución a él no es el 5G, del que ha dicho que "no será la tecnología que complemente la cobertura necesaria en América Latina. Lo más importante a día de hoy es que toda la región esté conectada y no que 115 millones de niños hayan dejado de recibir educación como consecuencia de la pandemia". Haro ha declarado su preocupación por el impacto "grave y profundo" que puede conllevar que estemos ante la primera generación de latinoamericanos que no habrá asistido a clases durante 2 años. "Probablemente en América Latina sea mucho más importante terminar el despliegue del 4G que desarrollar el 5G", ha afirmado.