El escritor colombiano Héctor Abad Faciolince, ha participado en el acto inaugural del Festival Vivamérica 2010 con una entretenida intervención en el afiteatro Gabriela Mistral de Casa de América, arrancando la sonrisa del público en diversas ocasiones. Tras explicar los motivos por los que no ha visitado España desde hace diez años - firmó la carta de protesta de diversos intelectuales colombianos ante la nueva medida de petición de visado a sus compatriotas, para entrar en España a sus compatriotas - vuelve a Casa de América , donde recibió el premio de Narrativa Innovadora,  pidiendo cacao, expresión colombiana que es más que pedir perdón. El malentendido ha sido una constante entre nosotros y su condición de parientes pobres de España no es una relación deseada, ni servilismo ni altanería sino una relación de tú a tú es lo que deseamos. La tolerancia con el distinto es la reflexión que desarrolló Héctor Abad en su exposición, y la discriminación racial como una constante a ambos lados del Atlántico. Sin embargo, a veces hay más cercanía genética con el de lejos: no crean en las apariencias, la madre de todos fue una africana, dijo. Citó a su país, Colombia, como un buen resumen de toda América todos somos café con leche, unos más leche y otros más café. Argumentó que la diferencia la marcan las disparidades temporales del mundo, hay personas y costumbres que viven en nuestro lugar pero son de otro tiempo y en eso radica la dificultad. Defendió la tolerancia como el único remedio que tiene el ser humano ante lo distinto a lo nuestro, lo que siempre consideramos hostil y peligroso. El crimen es el límite de la tolerancia. La mezcla es positiva y no hay que buscar la virtud en la nobleza de los antepasados. Defendió la idea, calificada por él mismo de quijotesca, de que algún día los seres humanos podrán moverse como las nubes, sin pasaportes ni visas, como el capital financiero....