Ixcanul
Jayro Bustamante
Proyección de la película Ixcanul, de Jayro Bustamante, dentro del ciclo 'Centroamérica de cine'.
Guatemala-Francia, 2015 / 90’ (+12)
Dirección: Jayro Bustamante.
Intérpretes: María Mercedes Croy, María Telón, Manuel Antún, Justo Lorenzo, Marvin Coroy.
Sinopsis: María, joven maya de diecisiete años, vive sobre las faldas de un volcán activo en Guatemala. Un matrimonio arreglado la espera. Aunque María sueña con ver la «gran ciudad», su condición de mujer indígena no le permite cambiar su destino. Más tarde, una complicación en el embarazo la obliga a salir al mundo moderno que le salva la vida, pero a un precio demasiado alto.
Fecha: 21 de octubre de 2019
Hora: 19.00.
Lugar: cine Casa de América. Sala Iberia.
Entrada libre hasta completar aforo.
Aforo: 90 localidades.
Dirección: Jayro Bustamante.
Producción: La Casa de Producción (Guatemala).
Coproducción: Tu Vas Voir (Francia).
Productores: Marina Peralta, Pilar Peredo, Edgard Tenembaum, Jayro Bustamante.
Producción ejecutiva: Inés Nofuentes.
Guión: Jayro Bustamante.
Fotografía: Luis Armando Arteaga.
Dirección de arte: Pilar Peredo.
Sonido: Eduardo Cáceres.
Montaje: César Díaz.
Intérpretes: María Mercedes Croy, María Telón, Manuel Antún, Justo Lorenzo, Marvin Coroy.
Jayro Bustamante (Guatemala, 1977)
Director, guionista y productor.
Cursó estudios de Comunicación en la Universidad de San Carlos de Guatemala y Dirección de Cine en el Conservatorio de cine francés (CLCF) donde se formó como director. Posteriormente se formó como guionista en el Centro Experimental de Cinematografía de Roma.
Sus cortometrajes han sido galardonados en varios festivales. Cuando sea grande se estrenó en el Festival de Clermont Ferrand, donde obtuvo el premio de calidad del CNC (Centro Nacional de Cine) y fue transmitido en France 3 TV, en la televisión sueca y holandesa.
Su primer largometraje, Ixcanul (2015), recibió el Premio Alfred Bauer en el Festival de Berlín después de haber pasado por Cine en Construcción en San Sebastián, a donde regresó para competir en Horizontes Latinos. Temblores (2019) se estrenó en la sección Panorama de la Berlinale, ganó en Toulouse el Premio del Público y el Rail d'Oc y compitió nuevamente en Horizontes Latinos.
Su proyecto La llorona recibió el Premio EFADs-CACI de Coproducción Europa-América Latina del Foro de Coproducción en San Sebastián. Una vez concluida, en 2019, se presentó en Le Giornati degli Autori del pasado Festival de Venecia y compitió en la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián.
Viví mi infancia en el altiplano guatemalteco, tierras mayas rodeadas de volcanes y de tradiciones indígenas ancestrales. De pequeño recorrí la montaña con mi madre, que me llevaba a sus campañas médicas cuando no tenía quién me cuidara. Visitando familias mayas que viven aisladas y que por la historia de su pueblo, desconfían de los “blancos”, que en realidad son mestizos. Una de las tantas tareas consistía en convencer a las madres mayas para que vacunaran a sus hijos. Trabajo difícil el de crear alianzas entre el pueblo maya y el mestizo. En la mayoría de los casos, los mayas no hablaban español y las montañas no eran seguras, debido al conflicto armado que azotaba al país en ese entonces.
Años más tarde, mi madre compartió conmigo su indignación, cuando se enteró de que algunos empleados de la salud pública, estaban envueltos en el robo de niños mayas. Contribuyendo así a la ruptura de los lazos que tan difícilmente se estaban tejiendo. Este fue el punto de partida de esta historia.
Lamentablemente, el altiplano guatemalteco donde crecí sufrió siempre de un alto índice de discriminación y se vio profundamente afectado por el robo de niños durante y después del conflicto armado del país (1960–1996). El tráfico de niños en mi país no es un secreto. Con tan solo catorce millones de habitantes, Guatemala se convirtió en el primer exportador de niños en el mundo. La ONU reportaba cuatrocientos robos de menores cada año, realizados con toda impunidad. Es un tema muy amplio y oscuro que reúne muchos culpables, notarios, jueces, médicos, directores de orfelinatos y tantos más.
A pesar de la densidad y resonancia del tema, mi interés se enfocó en las madres, víctimas de esta aberración. Abordarlo desde el punto de vista de la madre y de su entorno alejado de la modernidad, me permite también hablar de la mujer indígena, de su vida, de su pueblo, de su posición frente a la cultura occidentalizada, siempre dominante. Desde una cultura que siempre termina siendo víctima de una serie de abusos e injusticias.
María es un joven personaje que pertenece a esta cultura, que lucha por construir su propio destino, pero que no se le es permitido.
Mi trabajo se inició en el seno de la comunidad maya, con la creación de talleres de expresión y discusión sobre las problemáticas sociales que los conciernen. De estos relatos reales, encuentros y un testimonio en particular, escribí la historia. Y durante este proceso de maduración, fui capacitando a los miembros de la comunidad como actores, para realizar el film. Se trató de una experiencia reveladora para mí.
Quise contar la historia in crescendo. Comenzar en un mundo naturalista, desde el núcleo de una familia maya. Descubriendo sus gestos cotidianos, su lengua cakchiquel, sus tradiciones, sus ritos. Revelando la comunión con el volcán -que es un personaje más en la historia-, la vida humana y la naturaleza como un todo. Y llegar al momento en que esta concepción de la vida y del mundo, se transforme en terreno propicio para las aves de rapiña que vienen a servirse a la fuente, aprovechándose de ese abismo que separa dos concepciones opuestas, dejando como única respuesta posible la impotencia.