El muerto y ser feliz

Javier Rebollo

Proyección de El muerto y ser feliz, de Javier Rebollo. La película también se proyectó dentro del Ciclo 'Lluís Miñarro. El riesgo como premisa'. Coloquio después de la proyección con José Sacristán, Javier Rebollo, y Lola Mayo, el pasado 23 de abril. España-Argentina-Francia 2012 / 94' http://www.elmuertoyserfeliz.com/  Dirección: Javier Rebollo. Producción: Icónica, Lolita Films y Eddie Saeta (España). Coproducción: Utópica Cine (Argentina) y Noodles Productions (Francia). Producción asociada: Itela y Ronald Melzer.  Productores: José Nolla, Lola Mayo, Damián París, Lluís Miñarro. Coproducción: Álex Zito, Verónica Cura, Jérôme Vidal. Producción ejecutiva: José Nolla, Vero Cura, Luis Miñarro. Guión: Lola Mayo, Javier Rebollo y Salvador Roselli. Fotografía y cámara: Santiago Racaj. Dirección artística: Miguel Ángel Rebollo. Montaje: Ángel Fernández Zoido. Sonido: Daniel Fontrodona. Intérpretes: José Sacristán, Roxana Blanco, Valeria Alonso, Jorge Jellinek, Lisa Caligaris, Fermí ReixachVicky Peña, Carlos Lecuona.  Realizada con la participación del ICAA, Televisión Española, TV3, con la financiación de ICO y el apoyo de Cinemage 6 y de La Junta de Comunidades de Castilla La Mancha.  Sinopsis: En la última planta de un hospital en Buenos Aires un español, que ha echado media vida en Argentina, se da cuenta de que se muere. Este viejo asesino a sueldo –seco, divertido y tierno- se escapa con un cargamento de morfina, y emprende un viaje hacia el norte, a ninguna parte. Una chica que encuentra en la carretera será su fiel escudera a lo largo de dos mil kilómetros. Apta para mayores de 12 años.  Fecha: 15, 16, 17 y 18 de mayo. Hora: 20.00. Entradas: 5 euros: General. 3 euros: Miércoles día del espectador, mayores de 65 años, socios FNAC, carnet joven, empleados de Iberia y Telefónica, titulares de las tarjetas Iberias Plus y Club Fiesta. 1 euro: Desempleados, mediante la acreditación oficial. Taquilla Venta anticipada para todas las sesiones. De lunes a viernes de 10.00 a 15.00 y de 16.00 a 20.00. Sábados desde las 19.00.  
Director y guionista. Nace en Madrid en 1969 mientras Renoir rueda Le petit théâtre de Jean Renoir y Truffaut La sirena del Mississippi. Desde 1995 y a través de su productora, Lolita Films, rueda una serie de cortometrajes escritos con Lola Mayo y protagonizados por un personaje y una actriz, Lola Dueñas. En el año 2006, estrena en el Festival Internacional de Cine de Donostia-San Sebastián su opera prima Lo que sé de Lola (Ce que je sais de Lola) que obtiene, entre otros, el premio FIPRESCI en el London Film Festival y con la que es nominado al Goya al Mejor Director Novel; con este largometraje, rodado en Francia y protagonizado por Lola Dueñas, culmina el ciclo de cortometrajes que el director y la actriz venían rodando juntos desde hace años. Su segunda película, La mujer sin piano (2009), gana el premio a la Mejor Película en el Festival de Cine de los Ángeles (AFI), obtiene la Concha de Plata al Mejor Director en el Festival de San Sebastián y es votada como la Mejor Película Española del Año por Cahiers du Cinéma España y por el periódico El Mundo. 
Durante el año 2010 y principios de 2011 viajé a lo largo de veinticinco mil kilómetros buscando una luz, una trama, y, sobre todo, un ambiente y un sentimiento para escribir y filmar una película que solo adivinaba. La luz acabaría siendo la de la naturaleza argentina, de manera franca, directa; la trama, la de (des)ordenar un argumento tan clásico como el de una roadmovie con chico, chica y pistolas a través de la comedia y el absurdo; el ambiente, el de los decorados naturales y el del color de los rostros, cuerpos y acentos de la gente de cada lugar. El sentimiento, el de una fuga. Escapar. Finalmente, el rodaje de El muerto y ser feliz tuvo lugar en los meses de mayo y junio de 2011, en exteriores e interiores naturales a lo largo de cinco mil kilómetros: Buenos Aires, Rosario, Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy y Bolivia. Las películas de carretera son películas rápidas, sus protagonistas tienen miedo a detenerse porque detenerse es recordar; el índice de velocidad es proporcional al olvido y el de lentitud al recuerdo, formuló Kundera. Esta película se ha rodado en 16mm. y muy rápidamente, sin aparatos complicados de rodaje, con poca iluminación, sin hacer casi tomas, sin ensayar… porque no teníamos tiempo ni dinero, pero sobre todo, porque el director quería olvidar sumando kilómetros. Recordar es sufrir. Esta película no se nutre de ninguna película en concreto, acaso de una literatura, la de Onetti y la de Cervantes -las novelas de caballerías son las primeras roadmovies-, y de un sentimiento, el de la imposibilidad de contar hoy historias de la misma manera que ayer. Por eso, el sujeto melancólico que es el director aparece como protagonista en la película contándo(se) mientras sufre por urdir su película, recordando, inventando, en la duda, y al introducir su percepción personal va minando la falsa objetividad de los hechos; y sucede entonces que el relato se abre a todas las posibilidades. Esa, según Barthes, es la característica del mito. Y es que esta película es también una película sobre la construcción del mito. La del mito de Santos –mítico José Sacristán–, su leyenda de forajido y asesino a sueldo. Que la disfruten. 
José Sacristán La filmografía de José Sacristán es tan larga como la de John Ford o Allan Dwan, es inabarcable, cercana y a la vez desconocida. A veces las cosas están demasiado cerca para verlas. Sacristán ha interpretado algunas de las mejores películas del cine español, con Fernando Fernán Gómez, José Luis Garci, Gonzalo Suárez, Eloy de la Iglesia, Adolfo Aristarain o Paco Regueiro, hace poco con David Trueba. Por él han pasado todos los cambios de nuestro cine desde los sesenta hasta hoy. En los 2000 su mirada se vuelve al teatro: no encuentra apenas películas que le entusiasmen. Empezó en las comedias de Mariano Ozores o Sáenz de Heredia. Los setenta le hicieron representar el rostro múltiple del español de la Transición. Sacristán ha sido éxito de taquilla siempre –pero nunca le han dado Goyas ni premiado en los grandes festivales-, y por eso pudo asociarse con directores poco ortodoxos en películas polémicas, gestadas en momentos contradictorios. José Sacristán nunca se ha escondido: detrás del escaso maquillaje de sus personajes siempre ha estado él, con la cara lavada. Sus interpretaciones tienen un equilibrio entre costumbrismo y modernidad, incorporando al realismo el teatro del absurdo y toda la sabiduría del cine mudo. Y el humor, siempre. Incluso el ridículo y lo grotesco. Todo esto, cargado de una imposible ternura (por tratarse de un asesino a sueldo) está en la encarnación que hace de Sanos en El muerto y ser feliz. A Sacristán los años le han sentado de maravilla. Roxana Blanco  Sólo una actriz como Roxana, con su ternura y ferocidad, con su humor, podía sostener a alguien como Pepe Sacristán. Roxana Blanco es la actriz uruguaya más importante y famosa de su generación, la más premiada de toda la  cinematografía de su país. De una extraña fotogenia y de una belleza callada, sus interpretaciones, camaleónicas y simples a un tiempo, le han valido premios en los más importantes festivales del mundo. Entre otras, es la protagonista de películas como Alma Mater de Alvaro Buela -que se convertirá en una de las película más taquilleras de la historia del cine uruguayo-, Matar a todos de Esteban Schroeder y La demora de Rodrigo Pla. Forma parte del elenco permanente de la prestigiosa Comedia Nacional de Uruguay. Jorge Jellinek  Este hombre de físico inolvidable, aparte de una sorpresa de actor para alegría de tantos, es, sobre todo, un importante crítico de cine y periodista cultural uruguayo. Con solo dos películas, desde que en 2010 se estrenara como protagonista en La vida útilde Federico Veiroj, se ha revelado como un intérprete de un misterioso carisma. Un actor irrepetible que, mucho antes de la escritura del guión de El muerto y ser feliz, ya se sabía que sería un fundamental personaje.  

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