19/10/1993. Previa a la segunda proyección del ciclo de cine, José Carlos Avellar, establece a través de la metáfora del "puente clandestino" el objetivo del cine realista que busca el Nuevo Cine Latinoamericano. Define a la película como un puente con el espectador en la que no solo se representa la realidad, propia de un cine realista sino también tiende ese puente para incluir al propio espectador en la película. El adjetivo clandestino lo utiliza para referirse a la nación clandestina, es decir, aquella sociedad para la que quieren hacer la película que no participan en la nación de manera oficial pero son parte viva de su historia. Denuncia que, la situación ha cambiado mucho, desde los años 50 y 60 donde había un movimiento cinematográfico vivo en el que circulaban películas de una manera libre, hasta ahora, donde el predominio de un estilo, hace complicado y en ocasiones imposible, entregar la realidad del cine, que es la realidad de las calles, en el movimiento del realismo cinematográfico, a la sociedad. Todas estas ideas, las trabaja a partir del manifiesto de Glauber Rocha, mientras concebía cinematográficamente sus obras.  Este Nuevo Cine Latinoamericano debe representar una realidad completa, alejada de la realidad perfecta de Hollywood, y que pasa inadvertida por el espectador extranjero.