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El documental mexicano: carta blanca a Elena Fortes

Del 7 al 11 de mayo, Casa de América presentó la muestra 'El documental mexicano: Carta blanca a Elena Fortes', en el marco del Festival Internacional de Documentales – Documenta Madrid 13. La muestra estará integrada por cinco títulos de la reciente producción del cine de no ficción mexicano, seleccionados por Elena Fortes, Directora del Festival Ambulante. Programa: Martes 7 de mayo: Palabras mágicas (para romper un encantamiento). Miércoles 8 de mayo: Canícula. Jueves 9 de mayo: El velador. Viernes 10 de mayo: Diario a tres voces. Sábado 11 de mayo: Partes de una familia. Fechas: del 7 al 11 de mayo de 2013. Hora: 19.30. Entradas: 4 y 1 euro (consultar).  
Elena Fortes (Ciudad de México, 1981)  Directora General de AMBULANTE A.C. Licenciada en Comunicación por la Universidad de Pennsylvania, y especializada en diseño gráfico y arquitectónico, y en multimedia. Además de su trabajo en los medios visuales, Elena Fortes ha estado activa en la esfera política mexicana, trabajando para organizaciones sin fines de lucro dedicadas a la promoción de una mayor participación de los jóvenes en la formulación de políticas y la denuncia de violaciones de los derechos humanos. Desde 2005 es directora de AMBULANTE A.C., una organización sin fines de lucro fundada en 2005 por los actores Gael García Bernal y Diego Luna, y el productor Pablo Cruz, dedicada a apoyar y difundir el cine documental como una herramienta de transformación cultural y social. La organización viaja a lugares que cuentan con poca oferta de exhibición y formación en cine documental, con el fin de crear una audiencia participativa, informada y crítica, y abrir nuevos canales de expresión y reflexión en México y en el extranjero. Cada año, AMBULANTE realiza un festival itinerante de cine documental que recorre México durante tres meses con una selección de documentales provenientes de todo el mundo y más de cien invitados nacionales e internacionales. Actualmente, es el festival de documental de mayor alcance en México y un espacio de exhibición único en el mundo. También cuenta con un proyecto de capacitación a largo plazo en producción documental, Ambulante Más Allá, que tiene como objetivo capacitar a nuevos realizadores provenientes de diversos rincones de América Latina, quienes cuentan con acceso limitado a las herramientas necesarias para compartir sus historias con un público amplio.  Elena ha participado en el comité de programación del Festival Internacional de Cine de Morelia durante los últimos cinco años, y ha sido miembro de numerosos jurados de festivales internacionales de cine, entre ellos: Hot Docs (Canadá), Silverdocs (Washington), Nordisk Panorama (Mälmo), Sheffield DocFest (Inglaterra), Prizren Dokufest (Kosovo), Plus Camerimage (Polonia) y el Festival Internacional de Cine de Guadalajara.  En mayo de 2013 participa en Casa de América de Madrid con la muestra El documental mexicano: Carta blanca a Elena Fortes y se desempeña como jurado del Festival Internacional de Documentales - Documenta Madrid.    
El documental mexicano: Carta blanca a Elena Fortes PresentaciónEl gesto documental no es otra cosa que el medio para experimentar las conexiones y las ausencias que son las nuestras, que nos animan y que fundan nuestros sueños. Se transforma así nuestra relación con la historia y con el presente, al tiempo que el cine se abre a nuevos posibles. De este modo, el documental renueva sin cesar la ficción, secuestrada por un modelo dominante al que no debería ser reducida. En el fondo, el documental levanta el vuelo allí donde la ficción encuentra su límite al encerrarse en códigos quiméricos. En este sentido, es el futuro de la ficción". (Jean Breschand.  El documental: la otra cara del cine: Paidós, 2004, p. 71). En los últimos años el panorama para el documental en México ha cambiado drásticamente. En 2006 se produjeron ocho documentales, mientras que en 2012, la cifra fue de treinta y cuatro, equivalente al treinta y un por ciento del total de la producción nacional, y al doble de la cantidad de 2011. Esto se debe a una combinación de factores;  entre ellos, el surgimiento de iniciativas que han generado más espacios para el documental en México, una nueva generación de cineastas y espectadores que cuenta con mayores oportunidades para ver y producir documentales, y  una proliferación de plataformas que no solo  han facilitado la producción y distribución del documental, sino que han transformado por completo la relación entre el espectador y el director. Desafortunadamente, a pesar de que el documental mexicano ha destacado por su presencia en los festivales más importantes del mundo, sigue enfrentando retos de exhibición en su propio país. En la mayoría de los casos, su única salida sigue siendo el circuito cultural, los festivales o la televisión.  Es por ello que es un orgullo para mí presentar  una selección de documental mexicano en Casa de América, y ofrecer una pequeña muestra de la diversidad formal y narrativa que caracteriza la más reciente producción de México. El documental y el campo de la no-ficción constituyen, en mi opinión, el terreno más fascinante, irreverente, y fértil del cine. Desde su inicio, el documental ha eludido los códigos y las convenciones que tienden a encerrar a la ficción. Al replantear la forma en que comprendemos y nos acercamos a nuestro entorno, renueva continuamente la materia prima del cine y marca la pauta para su futura evolución. Nos permite seguir de cerca la transformación de la sociedad, adentrarnos en la complejidad de la condición humana y examinar la relación que tenemos con el  presente, el pasado y el futuro.  Actualmente el documental, y el cine en general, sufren otra transformación a causa de la hibridación y multiplicidad de plataformas interactivas. Estas han generado nuevas formas de articular, de exhibir y de experimentar el cine. Las fronteras que anteriormente delimitaban las subjetividades del cineasta, su sujeto, el espectador y el mundo que habitan, son cada vez más difusas, y han suscitado otras fórmulas de transmisión y recepción. Considero que las propuestas más innovadoras, hoy en día, combinan acertadamente diversas estrategias de ficción y de no-ficción, y plantean un acercamiento distinto al espectador que toma en cuenta sus más recientes exigencias y expectativas. En algunos casos este acercamiento se presenta de manera directa (el espectador como usuario)  y en otros indirectamente, a través de un planteamiento formal que crea un espacio más amplio de interpretación. En todos los casos, el espectador pasivo se convierte en espectador activo que participa en la construcción de significado. Este desplazamiento se ve reflejado también en el contexto social actual. Ante el colapso de estructuras y sistemas que parecían ser inquebrantables, el individuo ha recuperado el papel de activista, participando en movimientos colectivos como el de los indignados, el movimiento Occupy, y las llamadas primaveras árabes, que han otorgado significado al colapso socioeconómico. Se podría decir entonces, que el documental  en la actualidad ocupa una posición única, como un punto de encuentro singular en el que el espectador/creador y el individuo/activista participan a la vez en la construcción de la Historia y en la construcción de una historia sobre la Historia.  Esta muestra reúne las obras de jóvenes realizadores que han experimentando con diversas fórmulas narrativas y estéticas a lo largo de su trayectoria. Lejos del documental, militante, con una agenda política, que caracterizó la década de los 60 y 70 y que aún perdura en México, su obra se inclina hacia nuevas modalidades auto-reflexivas que crean un margen más amplio  de interpretación. En lugar de imponer una visión y una fórmula para entender y digerir las imágenes, establecen, cada una a su manera, un marco formal que alude a otro tiempo y espacio, a una cadencia distinta bajo la cual el espectador puede alcanzar sus propias conclusiones y reflexiones. Privilegian el silencio sobre el diálogo y evocan significado a través del ritmo, la repetición, los rituales, los gestos y acciones. En conjunto también trazan un retrato de un México contemporáneo, en la cual nociones tan extremas y contradictorias como la violencia y la comunión, la tradición y la revolución, la riqueza y la pobreza, conviven de manera cotidiana y en un silencio devastador. Otilia Portillo, presenta en su tercer largometraje, Diario a tres voces, la experiencia del amor de tres mujeres en tres etapas muy distintas de su vida. Inspirada por el entorno femenino dentro del cual se crió, Portillo  subvierte las nociones trilladas y fantasiosas del amor, al contrastar las convenciones cinematográficas del melodrama hollywoodense, con lo ordinario y cotidiano de la experiencia de sus personajes. Partes de una familia,cuestionatambién nuestras nociones míticas y románticas del amor. Diego Gutiérreznos encierra en el interior de la casa de sus padres, revelando en fragmentos visuales y verbales la desintegración de su relación. Los gestos, aparentemente triviales,  adquieren la calidad de puñaladas, construyendo un nuevo marco de interpretación para el deterioro de la relación.   Palabras mágicas de Mercedes Moncadaapunta a otro tipo de desencanto. A través de una introspección fílmica, registra el desvanecimiento de los ideales que avivaron la lucha por la liberación en Nicaragua y traza paralelos históricos con material de archivo para generar una reflexión catártica sobre la naturaleza cíclica de la historia. El velador de Natalia Almada alude también a un tiempo cíclico y a un espacio paralelo en un cementerio de Sinaloa. Ofrece una visión no violenta sobre una violencia que ha permeado todas las estructuras del país, y una condición socioeconómica cada vez más polarizada, que se infieren a través de la vida cotidiana del cementerio, y se asoman a través de fragmentos de noticieros y frases entrecortadas. Canícula de Jose Álvarez ofrece una visión antropológica, poética, sin comentario, que combina de manera impecable el ritual de los voladores del Tajín, con el arte de la cerámica de la cultura totonaca. Los ritmos y los gestos de los hombres y mujeres totonacas constituyen una sinfonía visual capturada por una compleja cinematografía a cargo del trío Pedro González Rubio, Fernanda Romandía y Sebastián Hoffman. Estas cinco voces y visiones perdurarán sin duda en los próximos años, como las más representativas de una nueva corriente del documental mexicano. Recuperan nociones de tiempo-espacio a partir de elementos ordinarios para elucidar lo extraordinario.  Es un honor poder compartirlas con el público de Madrid y contribuir de esta manera al imaginario colectivo. Espero que también generen en nuestra Casa de América un espacio constructivo y un resguardo temporal del desasosiego global. Elena Fortes Directora Festival Ambulante  

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Canícula

Proyección de la película de José Álvarez, el 8 de mayo

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El velador

El filme de Natalia Almada se proyecta el 9 de mayo

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