Dirección: Antonio Hens. Guión: Abel González Melo, Antonio Hens. Compañías productoras: Malas Compañías P.C., Doce Gatos S.L. Compañías coproductoras: El Azar, S.L. Productor: Antonio Hens. Productores asociados: Julio Gutiérrez, Vanessa Portieles. Fotografía: Yanelvis García Marín, Raúl Rodríguez. Dirección de arte: Alain Ortiz. Montaje: Julio Gutiérrez. Sonido: Federico Pájaro. Intérpretes: Reinier Díaz, Milton García, Toni Cantó, Luis Alberto García, Mirtha Ibarra. Premios Mejor película Roze Festival. Amsterdam, Holanda, 2014. Festivales BFI Flare Festival. Londes, Reino Unido, 2014. Festival de Cine Europeo. Sevilla, España, 2014. Frameline San Francisco Film Festival. Estados Unidos, 2013. Thesaloniki Film Festival. Grecia, 2013. Mostra de Cinema de Sao Paulo. Brasil,  2013. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana. Cuba, 2013.  

Antonio HENS(Cordoba, 1969) es director, guionista y productor. Licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Granada, estudió dirección de cine en la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid (ECAM). Ha trabajado dirigiendo series para la televisión desde 1998. Fundó su productora en 1996 que más tarde se convertiría en Malas Compañías PC, SL donde desarrolla sus películas así como las de otros directores. Sus películas han sido galardonadas en Sydney (2000), BFI London (2000) y Locarno (1999). Filmografía: Adiós Eva, te quiero (cm/1999); Malas compañías (cm/2000); Fiesta (cm/2000); Clandestinos (LM/2007); La partida (LM/2013).

"Desde que conocí Cuba a finales de los noventa quedé aturdido, como tantos otros visitantes, por lo complejo, contradictorio, a veces surrealista, a veces lamentable, pero siempre palpitante de su apariencia social. Particularmente detuve mi atención en las contradicciones que algunos varones tenían de su propia concepción como tales y así pude comprobar cómo los que proclamaban su virilidad inquebrantable podían de pronto navegar por las aguas de la ambigüedad. Por ejemplo, no era una vergüenza que un macho cubano fuera de la mano por la calle con un turista mucho mayor que él. El dinero era lo que subvertía el orden lógico, hasta tal punto que los chicos se llegaban a ofrecer acompañados de sus novias e incluso se las presentaban a sus clientes mientras ellas les alentaban a seducir a estos extranjeros y a fingirse enamorados de ellos. Otro aspecto que me fascinó, y que he encontrado en otros países, es que cuanto más mediatizado está un grupo por el dinero, cuanto más pueda subvertir y corromper su escasez, cuanto más degradación se encuentre en un grupo social, con tanta mayor fuerza nacen los sentimientos puros. De esto también trata la película. Para cualquier español retratar Cuba supone siempre un reto, pues su parecido cultural puede convertirse en un espejismo que le impida ver la complejidad de su sociedad, que es bien distinta, por muchos motivos, a la nuestra. Además, las carencias de una economía que lleva tantas décadas de subsistencia, ciertos aspectos de la organización socio-política derivados del experimento de implantar el socialismo en el Caribe, y el espíritu siempre jovial y alegre de sus gentes, provocan que la lectura haya de ser aún más estudiada. En otras palabras, para poder describir qué es lo que pasa en Cuba harían falta varios capítulos por entregas. Elegir cómo narrar este relato fue complicado. Se ha hecho una buena cantidad de películas sobre Cuba. Por mi parte, decidí que, por el hecho de ser español, lo que nos hace hermanos en muchas cosas pero también extranjeros en otras, estaba obligado a tomar una doble mirada: una para que el público no-cubano pudiera inmiscuirse en mi historia, otra para que el público cubano no se sintiera insultado por una falaz interpretación de su realidad. Así que resolví construir una suerte de espejo y colocarlo frente a ellos mismos, para que se vieran reflejados. Y a través de ese reflejo, procurar que el resto de los espectadores pudieran comprender qué pasa hoy en Cuba sin tener que dar datos, cifras ni anécdotas".