Víctor Gaviria
Cine Casa de América
Conozco el trabajo incansable de la Casa de América desde hace quince años, en 1998, cuando salió en España la película dirigida por mí, La vendedora de rosas. Desde ese año Casa de América ha incluido mis trabajos anteriores y posteriores en sus programaciones de cine latinoamericano, al punto de que tuve allí un lugar de encuentro con un público entusiasta e informado, y también con los más destacados directores de cine de la región, en un intercambio de ideas y experiencias que me enriqueció como persona y hombre de cultura, y que no lo hallé en ninguna otra parte.
La labor de Casa de América no se limitó, entonces, a programar las películas de los cineastas anteriores a mi generación o de mi generación misma, sino que llevó adelante un trabajo a profundidad con el público, invitándolo a conocer las ideas y los procesos de creación de algunos de estos cineastas. Las ideas que estaban detrás de las historias, los procesos de escritura que trataban de expresar procesos sociales compartidos por comunidades enteras. En otras palabras, Casa de América fue, durante estos veinte años anteriores, un crisol y un laboratorio de ideas creativas en el plano del cine, que nos hizo más conscientes del poder de construcción de identidad de nuestro arte.
Víctor Gaviria (Colombia) Director, guionista, poeta.
cine
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